Sin entrar de nuevo en la marea que nos tiene sumergidos en la mierda, que de eso sabemos todos, hoy quiero mandar un mensaje corto, escueto y conciso: hay que pelear por los momentos de felicidad y aprovecharlos. Son pocos, son escasos y es un "pecado" no aprovecharlos al máximo; de manera que blindaros contra los enemigos que tratan de enmerdar todo cuanto tocan.
La cosa es sencilla y no da para mucho más, así que ya lo sabéis: nada de entregar la cuchara o rendirse a los funestos olores del desánimo: acercados a aquellos que queréis y os quieren, dejar fuera a los tibios, a los indecisos o a los contrarios y jugar con ellos el juego de aprovechar el momento para llevar la cosa hasta su máxima expresión.
No os corteis, dejaros tocar si de eso se trata y a disfrutar, que para lo malo ya habrá tiempo y demasiado, me temo.
Feliz celebración del solsticio de invierno, gente.
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