Hoy hay bastante trabajo de selección, que los temas saltan
a las neuronas y no se puede dar salida y tratamiento a la avalancha de
noticias que llenan los titulares. Como ejemplo: Se firma la muerte del
programa Erasmus (hay que dedicar una sesuda entrada en el futuro), Esperanza
encantada de declarar pero menos, así que opta por declarar por escrito, que
tampoco es cuestión de no aprovechar los privilegios, sigue la juerga del caso
Bárcenas, el grupo Árbo, reinventa la segregación racial de los primeros
tiempos de la libertad negra y paga días de trabajo con vales de consumo en sus
tiendas (hay que joderse!!) y la oferta salvadora de garzón y compañía para que
el PSOE consiga echar al PP del poder. Lamentable.
Como veis, la oferta es mucha, pero me quedo con el caso de
los Mossos catalanes, gloriosa institución cuyo currículum empieza a ser
demasiado preocupante, excesivamente cercano a la historia de otras policías de
triste recuerdo. El video que ha publicado el diario El país no admite duda y
da asco, repugnancia y miedo; un enorme miedo al pensar que ese es el cuerpo
policial que vela por la seguridad de los ciudadanos catalanes.
La comisaría de Las Corts acumula denuncias por malos tratos
y una simple consulta a Google pone de manifiesto que este cuerpo acumula
demasiadas denuncias, demasiados conflictos y demasiadas defensas cerradas por
parte de los políticos responsables de su buen gobierno. Todos hemos visto las
fotos de los infiltrados en las manifestaciones antisistema y la sensación generada
por sus posturas y sus vestimentas es casi unánime: están encantados de darse
de tortas, es más: parece que han quedado, como hacen las maras, para zurrarse
la badana con los de enfrente.
Decían que democracia es que llamen a la puerta a las tres de
la mañana y sea el lechero. Hoy, después de que un grupo de policías haya sido
filmado golpeando a un ciudadano de forma desmedida e inmisericorde y que,
curiosamente, haya perdido la vida, los catalanes pueden empezar a sentirse
inquietos si llaman a la puerta a las tres dela mañana. Mala cosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario