Empiezan los tiros
Pedro Sánchez se queja de malas artes en las elecciones del PSOE. Es posible que Pedro Sánchez haya pensado, alguna vez, que el juego de la política es limpio, pero alguien le debería haber dicho que eso es un imposible. la política no es limpia y en España, apesta como en pocos lugares de los llamados civilizados.
Unas elecciones en un partido nada tienen que ver con un pic-nic veraniego y mucho con los asolados campos del Verdún de la Primera Guerra Mundial. El PSOE se defiende ante los cambios y el aparato juega en la sombra, juega en contra de cualquiera que, aunque domesticado y pastueño, trate de llegar a la cúpula y mandar.
Como los viejos ordenanzas ministeriales, los despachos de Ferraz ven llegar a los nuevos y desfilar a los cadáveres sabedores de que, lo que de verdad importa, su sueldo y su puesto, es eterno e inamovible. Pedro Sánchez tendrá que desayunar sapos y convivir con la pestilencia tal y como mandan los cánones aplicables a él y a todos los demás.
Le queda mucho, les queda todo a todos.
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