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lunes, 30 de abril de 2012

El peso de la prueba

¿Quien ha de probar una proposición discutible? Quien la afirma.
Desde hace tiempo empiezo a cansarme de tener que soportar la monótona repetición de una cantinela, demasiado común y demasiado aceptada en la sociedad, como para no levantar la mano y decir que ya estoy harto. En las pocas y serias conversaciones que se pueden tener sobre el tema – no hay muchos que se sientan a gusto cuando se pone encima de la mesa, aunque sea de forma casual – muchos de mis amigos y conocidos se confiesan “no practicantes” como paso previo al reconocimiento de su condición de ateos intelectuales aunque sin ganas de asumirlo.
La sociedad tiene tan naturalizada la presencia de la religión con sus organizaciones  y de la idea de dios, que se siente incómoda al tener que enfrentarse, individualmente, con el hecho, escueto, sencillo y común, de que no se cree en dios. Como mucho, se cree en “otra vida” gracias a una postura que se deja llevar por la inercia, pero nada más. ¿Razones? Hay muchas, pero la más importante, como dice un amigo mío, es que la religión “es un producto de la leche”. Lo explica todo, para todo tiene consuelo o consejo y además, ha conseguido que el que se atreve a negar, como es mi caso, su razón de ser, deba demostrar contra natura y en lugar de asumir que defienden lo indemostrado, revierten la obligación del peso de la prueba y con todo el morro piden la demostración de que dios no existe.
No les basta que en todos estos siglos no haya habido ni una sola prueba de su existencia que resista en más mínimo análisis imparcial, que ya es mucho después de lo que lo han intentado, no: te piden que demuestres su no existencia. Para ellos queda todo el inmenso terreno de lo desconocido como sustento de la deseada  y pregonada existencia de ese dios acaparador de la ignorancia. La cosa funciona así: ¿que no tienes demostración sobre cualquier teoría cuántica? Prueba de la existencia de Dios. ¿Qué no has encontrado la forma en la que se organiza el universo? Dios lo sabe todo y tu desconocimiento, que es incapacidad para abarcar y explicar su obra, lo demuestra. Y así ad infinitum sin cortarse un pelo, que lo que si hacen es mirar para otro lado cuando tu demuestras cualquier burrada de sus dogmas y decir cualquier sandez para justificarlo.
Y eso me enfurece, simplemente. Tener que convivir permanentemente con esa feroz persecución a lo evidente, que no es algo particular, sino institucionalizado por las distintas religiones que ven peligrar el chollo, me repugna y me indigna. Es sencillo, ¿no?

domingo, 29 de abril de 2012

Un Serafín en la nieve

La desnuda inocencia de un serafín en la nieve.
Ya he dicho alguna vez que la Sierra de Madrid guarda historias y misterios que no revela sino a quien ella quiere y a quien está dispuesto a dejarse enseñar sin juzgar lo que ella enseña. Hoy, mientras las nubes nos rodeaban y nuestras huellas se marcaban en la nieve, mi compañero de caminatas y yo hemos tenido la suerte de que la anciana Sierra nos enseñara uno de sus secretos mejor guardados.
Dice la mitología que los serafines son criaturas celestiales, criaturas cercanas a Dios y que una sus  tareas principales es cantar la gloria de su creador: Kadosh, Kadosh, Kadosh y así sin descanso, pero como eso sólo no basta para rellenar la eternidad también tienen tiempo para otras tareas acordes a su perfil, caracterizado por el ardor y la pureza con que aman las cosas divinas y por elevar a Dios a los espíritus de menor jerarquía. En cuanto a su pinta, también son raritos ellos, que además de no haber sido creados a imagen de Dios, tienen seis pares de alas y de ellos, dos dedicados solamente a taparse un rostro tan bello que sólo puede ser contemplado por papá.
Pues bien, hoy mi amigo y yo hemos visto un Serafín caminando entre las nieves, arrebolado de nubes y con su ardiente naturaleza apagada por el frío reinante en las cercanías del Pico de Abantos. Harto de intentar convencer a los españoles de las bondades celestiales y sin tener la presencia de ánimo de sus antiguos compañeros que tan cumplidamente se encargaron de arrasar Sodoma y Gomorra  con bolas de fuego, este errante Serafín se pasea por la Sierra de buena amanecida para que la fresca se encargue de apagar sus divinos ardores y así lo vimos mi amigo y yo: sin envolturas de fuego divino, sin entonar grandes loas ni polifonías sagradas, andando tranquilo camino de ninguna parte y pensando en sus cosas y en lo raritos que somos nosotros, los humanos empeñados en mirar hacia la tierra en vez de al rostro de Dios.
Mi amigo Jorge y yo hemos visto esta mañana un Serafín frustrado, solo, desencantado y tan en pelotas como su madre lo trajo al mundo, con una bolsa en su sobaco izquierdo en la que guardaba su uniforme de Serafín y los bastones de andar y, eso si, calzando unas botas montañeras que le protegían del suelo frío y nevado. Con la piel enrojecida, amable y bondadoso, el Serafín de la mañana nos ha colocado, una vez más ante la realidad de la sentencia de Rafael El Gallo: tiene que haber gente “pa tó”. Lo único que hay que hacer para comprobarlo es vivir lo suficiente y dejarse contar historias por la Sierra de Madrid.

sábado, 28 de abril de 2012

El emperador está en pelotas

Mientras apluden los pelotas, el emperador permanece desnudo y nos desnuda a todos.
El famoso cuento nos narra lo que pasa cuando alguien se atreve a decir la verdad frente a un colectivo mediatizado y cobarde que no quiere aceptar la realidad. Pues bien, es hora de asumir que el emperador está en pelotas, que este gobierno no tiene ni zorra idea de lo que quiere o de lo que tiene que hacer por mucho que los pelotas aplaudan sus locuras.
Sumido en una vorágine de inmediatez, niega sus orígenes y hasta a su madre si hace falta. Ha incumplido, como ningún otro partido y de forma mucho más rápida, sus promesas en un porcentaje altísimo, y las que mantiene vivas tienen marcada la fecha de caducidad en el código de barras.
Sin ofrecer resistencia nos ha convertido en carne de balance, ha entregado el país a la peor especulación financiera sin retorno ninguno; los ciudadanos no contamos para nada que no sea hacer negocio a costa nuestra y engordar cuentas de resultados ajenas al estado. Este gobierno es una estafa que no ha conseguido cambiar el signo de ninguno de los indicadores objetivos con los que podríamos medir su gestión y a los que tanto se remitía  ala hora de atacar a los socialistas –que por cierto, ni están ni se espera que estén en una buena temporadita -: la prima de riesgo hace lo que le da la gana a su amo, el paro ya no puede evaluarse en términos de menor escala que la cataclísmica, los bancos no mueven dinero ni hay confianza, aquella que se recuperaría por su sola presencia, las comunicaciones con Bruselas están cortocircuitadas, pues no saben si hablar con Guindos o hacer caso a lo que la prensa dice que ha dicho Montoro, genio que se queda en local sin hablar inglés, el ministro de exteriores sale diciendo que lo Argentina está arreglado y el fascismo impera en un  ministerio del interior absolutamente paranoico que piensa que los ciudadanos son “el enemigo” y ponerse enfermo va a ser considerado un acto de terrorismo. ¿Hay que seguir?
Pero hay algo peor todavía: no es que el emperador esté en pelotas, es que vamos a pagar una pasta por acabar tan desnudos como él.

viernes, 27 de abril de 2012

Contad los muertos

Bueno, a estos ni los encuentran para contarlos.
Dicen que un francés, tras la batalla de Rorcroi, se acercó a un moribundo español para preguntarle ¿Cuántos erais? Y el por primera vez derrotado soldado de los tercios le contesto “Contad los muertos”. Pues bien, cuando alguien pregunte la razón del voto al PP, bastará con que ese avergonzado conteste. “Porque nos prometieron hacer lo contrario  elo que hicieron”.
Las promesas –preferiría que se les llamara compromisos –electorales del PP se cuentan por mentiras y traiciones, dando lugar a una mayoría engañada que, sin embargo, domina con mano de hierro un Parlamento arrasado. La  ” legisladura militar”  avanza inexorable hacia el desmantelamiento de…todo, no van a quedar ni los rabos del modelo social que tanto nos constó levantar.
Sin decir lo que dijo Alfonso Guerra, a esta España no la va a reconocer ni la democracia que la parió: Valencia ya ha privatizado todos los hospitales –mantiene el puñetero chollo de la F1 con dos cojones - la ministra de Sanidad recomienda los pacientes que reciban chutes de quimioterapia que se vuelvan a casa dando una vuelta en autobús para que les de el aire, que les sentará bien; a la universidad volverán a ir los de siempre, los niños bien  de familia bien,  como debe ser ; nuestros ancianos van a tener que estudiar años para hacer la declaración  de la renta adecuada y que les devuelvan su dinero adelantado en las recetas  y así ad nauseam y ad infinitum.
Rajoy sigue en silencio como un ausente Lucio Cornelio Sila, el siniestro dictador de Roma que se mantuvo altivo y silencioso mientras planeaba su venganza y confeccionaba la lista de proscripciones y desastres. Rajoy no habla, conspira contra nuestro modelo social como un esbirro del mal. Luego, sus turiferarios y sicarios llenan el BOE de atrocidades y cadáveres.
No es la herencia recibida, es la consagración de la mentira electoral; vale todo con tal de alcanzar el poder y cuando se ha alcanzado, se mira hacia Alemania y se pone el culo en pompa.
Sencillo, ¿no? Pues eso, joder, si es que tenéis la manía de liarlo todo.

jueves, 26 de abril de 2012

Un golpe más

Una herencia que nuestros hijos reclamarán y que nosotros dilapidamos.

El congreso brasileño ha aprobado una ley que deja prácticamente indefensa la Amazonia y los grandes espacios forestales del país. ¿Es un problema de Brasil’ No, es simplemente un golpe más a la salud de la Tierra, esa enferma de la que nadie se quiere hacer cargo y a la que incluso, acusan de fingir su enfermedad.
Hablar en favor del medio ambiente empieza a no estar de moda y a ser considerado como desfasado, ñoño y un poco antiguo, pero la cuestión es que el ser humano ha violado todos los límites y ha hecho saltar por los aires todas las barreras. Buscando el beneficio a corto, las compañías y los gobiernos no conocen ni a su madre y es que, precisamente, a ella es a la que violentan.
Somos hijos de la tierra; somos la consecuencia de ese automatismo vital que se desencadena cuando la química sigue su curso y sus leyes en un ambiente determinado en circunstancias y tiempos establecidos: largos, violentos, cambiantes, muy energéticos y ausentes de objetivo determinado alguno. No somos la creación de nada, somos un estadio evolutivo más cuya ventaja adaptativa fundamental, la inteligencia, se ha mostrado insuficiente para asegurar nuestra supervivencia a largo plazo. No somos la especie superior, somos la especie inconsciente que ha conseguido una tecnología capaz de destruir el medio ambiente que facilitó su nacimiento.
Afortunadamente, pasaremos y nuestra memoria se materializará en forma de deshechos industriales y plásticos; dejaremos un rastro mares esquilmados y bosques talados con ecosistemas dominados pro especies distintas a las ahora dominantes. Las medusas han despertado y empiezan a reclamar un reinado que no dejará fósiles, pero que mostrará la ausencia de especies como ahora vemos los rastros de aquellas otras extinciones masivas.
La tierra, como hasta ahora la hemos conocido, muere golpe a golpe, con lentitud y crueldad hasta que otros cambios violentos generen el vendaval que nos lleve a todos por delante. En ese momento, la Tierra descansará y se habrá curado de nuestra infección.

miércoles, 25 de abril de 2012

¿Es que no había otro nombre?

Tormentazo de bigote, simplemente.
Vamos a ver: con la que tenemos encima en este país, ¿no había otro nombrecito para la niña? ¿Tenía que ser obligatorio eso de la “ciclogénesis explosiva”?  Yo creo que los medios de comunicación deberían ser conscientes de que el nombre de las cosas encierra un poder muy concreto y determinado, que el personal anda más o menos sensible y que en plena discusión parlamentaria de los presupuestos, esa inundación de titulares incluyendo tanta grosería amenazadora  es, cuando menos, evitable y cruel.
Además: ¿estamos seguro de que eso es verdad? Como dirían mis amigos de la comida semanal: ¿Alguien ha preguntado de dónde viene ese nombrecito? ¿Estamos seguros de que no se le ha ocurrido a un meteorólogo aburrido sin nada mejor que hacer que intentar ser famoso y acojonar al personal?
Desde luego, cuando yo he preguntado a alguien, hombres de campo incluidos, sobre el  tiempo que haría mañana, es un suponer, nunca me ha contestado nadie que “niebla de amanecida y a eso del medio día, con la solana, va a entrar una ciclogénesis explosiva de las gordas”. Son cosas que no son del pueblo, que no están en las conversaciones  y que, por siniestras y amenazadoras, deberían seguir escondidas.
Si hablamos de un huracán, o una tormenta, todos sabemos a que atenernos, pero ¿Qué hay que hacer ante una ciclogénesis explosiva?  Pues ni idea, oiga usted, de verdad.
La próxima vez, con decirnos que hará mal tiempo y un viento de cojones, ya nos imaginamos que los paraguas ni tocarlos. ¿No os parece más sencillo? Pues eso, un poco de sensibilidad con los lectores, hombre, que no cuesta tanto.

martes, 24 de abril de 2012

¿Qué dirán las estadísticas?

Lo que ahora estamos viviendo deja secuelas: que nadie lo dude.
Para algunos es importante el juicio de la historia, pero yo creo que un juicio es excesivamente subjetivo como para que pueda ser un buen indicador de los hechos históricos y prefiero fiarme de las estadísticas, esas cajas negras que además de no mentir, lo ponen todo en el adecuado hueco y acomodo de los hechos.
¿A que viene esto? Pues muy sencillo: serán las estadísticas las que nos darán idea de las consecuencias sociales de lo que ahora se hace. No en los próximos 5 o 10 años, que eso es muy cercano: dentro e un par de décadas, veremos algunos indicadores inexplicables y sorprendentes  en una evolución larga.
Esto, que es algo que a los reivindicadores del franquismo les saca de quicio, es una herramienta que los historiadores, ensayistas e investigadores  usan de manera fluida y sobre la que argumentan con eficacia.
Tengo un amigo que guarda como un tesoro en la cabeza las cifras de las consecuencias educativas de las medidas políticas del periodo 1920 a 1945 en relación con el índice de analfabetismo y el cuadro de un investigador que relacionaba cada punto de ese índice con cada punto de porcentaje destinado al efecto. Espectacular, pero tardío: no saltan las alarmas hasta que la población afectada se pone en circulación y pueden haber pasado entre 15 y 20 años.
Con la que  nos están montando, me parece que los futuros investigadores van a tener la posibilidad de hacer gráficos realmente espectaculares con los incrementos de enfermedades metabólicas no detectadas en la prueba del talón,  con la diferencia de nivel entre la escuela pública y privada, con los distintos niveles profesionales alcanzados y con un larguísimo etcétera que acaba en la lamentable situación en la que se encuentran los investigadores y la investigación de este país.
No son recortes, son mutilaciones sangrientas al tejido social que debe albergar la formación y la salud, son amputaciones que nos van a privar de los mejores: es un suicidio lento, doloroso y lo que es más triste: evitable.

lunes, 23 de abril de 2012

Fuenteovejuna

¿Algo mejor que darse un paseo por una plaza bonita el sábado por la tarde?
¿Quedamos?
Mientras el gobierno confunde responsabilidad con sumisión y esclavitud, hay voces que se aceleran pidiendo el martirio frente a las tropas policiales entregadas a una masacre de represión.  Yo, que soy de los que cree que hay que esperar un poco a ver si de verdad toda esta sangría de derechos arregla la estafa, propongo una alternativa más malintencionada y de más calado que eso dejarse moler a palos para poco menos que nada.
Hay que conseguir la movilización de toda Europa; hay que montar la enésima internacional europea para que todo esta locura se detenga y sea ciudadanía de Europa la que, unida, tome las riendas de ese destino que nos hemos dejado robar.
Europa ha concedido ante la crisis lo que jamás debió conceder: su unidad. Nos hemos puesto en fila y de uno en uno para ir siendo abatidos por esos famosos “mercados” que han visto nuestra debilidad frente a la fortaleza de la reserva federal. Hemos dejado que los países se conviertan en patos sedentes que caen frente a los cómodos tiros de los especuladores.
Como Fuenteovejuna, Europa debe ir a una y eso no es sencillo – ¿dónde están los sindicatos?- pues no hay nadie que, hoy, tenga la capacidad de ondear esa bandera para que se produzcan las levas. Hay que organizar la cosa con mimo, con cuidado, eligiendo los objetivos y haciéndose ver con fortaleza frente a un enemigo que invierte todo su esfuerzo en dividirnos y en generar una legislación fascista que convierte la calle en terreno minado para la protesta.
Ellos podrán legislar, pero Europa es una presa demasiado peligrosa si se une y lucha a la vez. Dicen que no hay que helenizar España y es verdad: lo que hay helenizar es Europa otra vez  y hacer de cada plaza europea  una silenciosa, civilizada y quieta, muy quieta,  plaza Syntagma. Un enemigo numeroso, fuerte, callado y consciente de su fuerza es algo que no podrán enfrentar.

domingo, 22 de abril de 2012

En el día de la tierra



13 minutos para recordar su belleza y asumir nuestra vergüenza. Algín día, un planeta sin hombres mostrará las sucias huellas de nuestro efímero paso y la piel de la tierra se habrá curado de su enfermedad humana.

sábado, 21 de abril de 2012

Niños, papá se fue de putas….

Para Jorge Fernández Díaz solo hubiera sido un terrorista encancerlado.
Vuelve el fascismo escondido tras la sombra de la estafa.
...y mamá se acuesta con un borracho que la maltrata. Esta es la realidad de la sociedad española tras la marea generada por la estafa a la que todo el mundo llama crisis. Los ciudadanos estamos solos ante el desastre: en casa no hay dinero y el que ahora sale con nuestra madre se dedica a darnos palizas y a quitarnos el poco dinero que queda para dárselos a los delincuentes amigos suyos.
¿Qué vamos a hacer? Sencillamente, tomar el poder, ser conscientes de que deben ser nuestros actos y decisiones diarias los que cambien el curso de los acontecimientos sin esperar nada más. El estado ha dimitido, sencillamente, y Europa se encuentra en acoso y derribo con Merkel encabezando la caza. Ante nosotros amanecen días vacíos a los que llenar de todo lo que nos han robado: trabajo, futuro, solidaridad, cultura, democracia y humanidad, ardua tarea que nadie, salvo nosotros mismos, queremos acometer.
No hay nadie más, no hay un ente superior, no hay ayuda y casi no hay medios, pero debemos hacerlo y estamos obligados a reconstruir una sociedad arrasada. Somos una generación sin guerra, pero si tenemos que afrontar una situación similar a la destrucción causada por otras guerras que afectaron a padres y abuelos. Y lo hacemos con una carencia que ellos no tuvieron: no hay Estado que colabore, estamos solos.
Nuestro PP es apenas un perrillo bien enseñado para la tarea que otros diseñan y no es el objetivo, el objetivo se encuentra en un punto hoy inaccesible y etéreo a salvo y engordando. Nos  van empobrecer, a perseguir con medidas fascistas en la calle, van  cambiar leyes y hasta nos van a pedir que renunciemos a vivir, pues no estaba previsto que duráramos tanto sin dejarnos exprimir, pero hay que resistir haciendo las dos cosas que más daño les pueden hacer:
Hay que levantarse todos los días con el empeño de crear el mundo en el que creemos y hacerlo sin desfallecer: ayudando, trabajando, creando vida, ilusión y realidad.
Hay que protestar de forma constate y sin dejarse vencer por la represión.
Debemos ser cívicamente ejemplares y bélicamente incansables, que el enemigo es fuerte. Complicado, pero muy bonito.

viernes, 20 de abril de 2012

Democracia visceral

Un libro muy recomendable para analizar la sociedad actual.
Vivimos tiempos en los que tener a tiro los soportes tecnológicos que facilitan la inmediatez para el lanzamiento de exabruptos (incluidos los míos) nos hace convivir con el peligro. España es un país visceral que ha sobrevivido  -a duras penas – gracias a que las explosiones de ira nacidas en el hígado morían sin consecuencia alguna en el universo cotidiano. La pereza colaboraba mucho en esa muerte llegada entre el grito y el trabajo.
Hoy en día las redes sociales de internet, los teléfonos móviles con sus chats y sus SMS y el acceso directo a los sistemas de autoedición como este blog, nos han colocado al borde del abismo inmediato. Giovanni Sartori en su libro Homo Videns ya advertía, hace años, del  peligro de esa efímera democracia directa que, en nuestro caso, nos condenaría a una eterna Yenka de pasos adelante y pasos atrás: de la República sangrienta nacida de la guillotina a la Monarquía; de la pena de muerte a la permisividad absoluta según sea el sentido de la corriente dominante.
Cuando Clístenes (que sería de estas erudiciones espontáneas sin la Wipedia ) consiguió su famosa ley del ostracismo, los ciudadanos participaban en largas meditaciones antes de pronunciarse depositando la famosa concha o pieza de cerámica con el nombre del ciudadano condenado. Esa democracia directa y fulminante sería un juego de niños comparada con lo que hoy en día podría pasar si se abriese la posibilidad de actuar –influir se influye poco a poco – sobre la vida pública. No quedaban ni los rabos.
Hay que tener en cuenta que hoy se ciernen sobre nuestra sociedad varias sombras oscuras que reunidas y actuando a la vez, pueden hacer un daño terrible a nuestro modelo social y a nuestra convivencia colectiva.
La primera sombra es la crisis y lo que ésta facilita. Populismos, nacionalismos exacerbados, divisiones, enfrentamientos y una fuerte tendencia a adoptar soluciones y esquemas arbitrarios y totalitarios.
La segunda está capitaneada y representada por unos medios de comunicación cada vez más banalizados en torno a una televisión que alimenta los más bajos instintos y el rechazo hacia las formas educadas de confrontación y diálogo. Lo que prima, lo que más audiencia genera y lo que queda en el inconsciente colectivo es el insulto, la descalificación visceral y, con perdón de las honrosas y escasas excepciones,  una exhibición chabacana, soez y poco cultivada.
La tercera sombra, extendida y rápida, proviene del desarrollo de la sociedad de la información a un ritmo cada vez más acelerado: los diarios mueren en minutos, no hay reflexión, todo nace y muere a ritmo de un movimiento de ratón y la verdad se evade, se transforma, se desvanece y acaba perdida en el tumulto de las versiones interesadas o el voluntarismo amateur de los “twiteros”,” blogeros” y demás fauna entre la que me cuento.
¿Qué decisiones sensatas puede tomar una sociedad que no es capaz de exigir a sus políticos el detallado examen de sus programas y propuestas? ¿Podemos con sensatez adoptar como válidas las propuestas populares sobre penas de cadena perpetua, condenas a menores como si fueran adultos y un largo rosario de iniciativas callejeras que han saltado al cuerpo legal del estado.
Me da miedo que las manipuladas imágenes de revueltas callejeras presten excusa para que, como ahora se pretende, demonizarlo todo y que encadenarse pacíficamente a un banco para protestar de cualquier cosa se considere resistencia  a la autoridad, colaboración terrorista, mal gusto y al incauto de turno lo enchironen por diez años tal y como la justa indignación social –es decir, la suya, la de los fachas que nos están amargando la existencia – reclama al ejecutivo.
Creo que es momento de pensar y de transmitir de forma coherente lo que es reflexión y lo que es cabreo y explosión sin consecuencias, no vaya a ser que, de repente, nos metamos en un callejón del que sólo se sale a bofetada limpia.

jueves, 19 de abril de 2012

Una visión perdida y cada vez más necesaria

Periodistas sin tecnología blanco y negro nos hicieron más libres.
¿Está la tecnología de la información debilitando la calidad del periodismo?
Tengo un amigo y maestro, Guillermo Pérez, periodista uruguayo - él dice que jubilado, pero es mentira -genéticamente entregado a la tinta que en compañía de otros viejos guerreros ha montado un entorno para que antiguos colegas puedan comentar la realidad desde sus años de experiencia. Todo un lujo leer las entradas, os lo aseguro. 
De ese foro cito la fuente,así que espero que el pecado de copiar y pegar sea menor y se me disculpe, pero es que me ha encantado lo que ahora publico. ¿Os imagináis volver a leer diarios de verdad en los que poder informarse y encontrar análisis de la realidad ajustados, coherentes, sensatos y educativos? ¿Os imagináis una actualización de fin de semana en Internet sin el habitual copia y pega de nota de agencia a becario incluyendo faltas de ortografía? Sería la bomba, de verdad.
Guillermo, si fueras tan amable de pedirle disculpas en mi nombre a tu amigo Maximiliano, te lo agradecería:
Por Maximiliano Tomas | Para LA NACION Va a sonar como si lo que cuento perteneciera a la prehistoria, pero la verdad es que no pasó hace tanto tiempo. Los que comenzamos a ejercer el periodismo a mediados de la década del 90 no habíamos siquiera escuchado hablar de Internet. Tampoco de la telefonía celular. Para eso faltaba al menos un par de años. Usábamos el teléfono fijo para concertar y realizar entrevistas (y la guía de teléfonos para ubicar a los entrevistados), aunque la mayor parte de las veces las hacíamos en persona. Utilizábamos grabador y cassettes. Desgrabábamos casi todo, perdíamos mucho tiempo en eso, pero no veíamos alternativa. Cada vez que teníamos que chequear un apellido, una fecha o recordar una efeméride usábamos el diccionario, la enciclopedia, íbamos a una biblioteca o preguntábamos a nuestros compañeros de redacción: a veces había por ahí uno de esos viejos periodistas de memoria imbatible o cultura renacentista. Cuando necesitábamos citar una fuente, o cotejar una información, o ponerle background o color a una historia, teníamos que bajar o subir de piso hasta un espacio que aún existe y pocos usan y se llama Archivo. Ahí nos daban unos sobres de papel madera, rotulados con el nombre de nuestro personaje y lleno de recortes en papel de notas viejas: de allí sacábamos la información necesaria. Algunos afortunados, además, teníamos jefes que amaban la profesión como nosotros, tipos a los que les gustaba formar nuevos periodistas, que no nos dejaban pasar una y a veces nos mandaban a reescribir las notas enteras, cuando no las destrozaban; pero cada vez que metían mano en nuestros textos lo único que hacían eran mejorarlos.
Supongo que para los fotógrafos y reporteros gráficos habrá habido, en estos quince o veinte años, cambios similares: hasta no hace mucho en todas las empresas periodísticas existían laboratorios donde se revelaban, todos los días, las imágenes que iban a usarse para ilustrar las notas. Hasta que sus rollos no eran revelados, los reporteros no sabían si tenían la foto que habían ido a buscar para acompañar la tapa o abrir una nota. En fin, que el periodismo debe ser una de las profesiones que más cambió con el desarrollo de la fotografía digital, Internet, la telefonía celular y las nuevas teconologías, porque nuestra única materia prima siempre fue la información. Y sin embargo el oficio ha sufrido una crisis de estimación y valoración, los lectores son cada vez más escépticos, y la calidad de las redacciones (a pesar de la proliferación de las carreras de periodismo) no necesariamente es superior. No creo en edades doradas, no añoro épocas pasadas, prefiero trabajar como hoy que como hace dos décadas, pero es probable que el periodismo escrito que se hace en la actualidad sea peor que el que se hacía antes. Y que aún con la gratuidad y la ubicuidad de las fuentes de información disponibles, tampoco los lectores hayan hecho un gran salto de calidad, como se pretende. ¿Por qué?
El listado de razones debe ser, por lo menos, largo y variado. La durabilidad de las noticias es cada vez menor, lo que obliga a escribir más rápido, más corto, de manera menos reflexiva y analítica. La multiplicación de las plataformas de publicación web hizo que el acto de escribir sea accesible para todos, generando una confusión: escribir bien parece fácil pero no lo es. Y, además, hacer periodismo no es sólo escribir (ése es el último paso), sino investigar, reflexionar, entrevistar, jerarquizar la información, contextualizar, editar, corregir y recién después publicar. Por otra parte, el del periodismo suele ser un oficio mal pago (y esa tendencia se profundizó en los últimos años; si de casualidad advierte que en los últimos días hay medios impresos cuyas notas salen sin firma, se trata de un reclamo de los trabajadores de prensa por negociaciones paritarias, algo que no sucede hace mucho tiempo), que demanda por eso una dosis extra de voluntad, además de pasión, paciencia e inteligencia. Creer que se puede hacer sin todos esos elementos es un error. El mismo error que se comete cuando alguien decide hacerse periodista por narcisismo, o por ansias de figuración, o para hacerse amigo de los poderosos o conocido de los personajes célebres o mediáticos.
Después, claro, están los vicios del ejercicio cotidiano de la profesión. Los que trajeron las nuevas tecnologías (hoy lo común es resolver los artículos desde un escritorio, sin pisar la calle durante días o semanas) y los otros. ¿Cuáles? La falta de información de primera mano, los sobreentendidos y el excesivo uso de potenciales en la sección Política.





miércoles, 18 de abril de 2012

Demasiada historia

Juan Carlos, como el oso, lo siente y se avergüenza.
¿Suficiente? Parece poco, la verdad. 
Nací, como muchos otros, en 1958 y por nuestra chepa se han deslizado cientos de acontecimientos históricos que definen nuestro presente y nuestra rabiosa actualidad: el hombre llegó a la luna – a pesar de algunos escépticos más o menos chiflados – asesinaron a muchos, entre ellos a Kennedy y a Martin Luther King; Juan XXIII tuvo tiempo de convocar el Vaticano II y Juan Pablo II se lo organizó para hacer caer el muro de Berlín – eso dicen los forofos – y reducir la marea de ese mismo Vaticano II a niveles de charquito; hemos visto llegar la TV en color, internet, el nacimiento y jubilación del fax, la telefonía móvil y en la política patria ha pasado de todo.
Nacimos con Franco dando por terminada la autarquía y bendiciendo, nunca mejor dicho, la llegada de los tecnócratas del Opus de la mano de Carrero; vivimos su muerte con una mezcla de horror, júbilo y miedo; llegó la democracia por los pelos y España abrazó la Constitución a pesar de Gironazos, ruidos de sables y cuasi pronunciamientos de sainete protagonizados por Tejero; hemos visto mucha historia pasar por nuestras vidas y hoy, mientras vivimos la también histórica crisis que avergonzará nuestra memoria, Juan Carlos hace historia y protagoniza un público acto de arrepentimiento que hace más historia.
Y digo yo: ¿Qué os parece si abandonamos tanta vivencia histórica que asombrará al mundo y nos dedicamos a construir una normalidad duradera, simplemente? ¿Sería mucho pedir?

martes, 17 de abril de 2012

Despacito y buena letra

Pues eso: hacer caso al maestro y cuidado con las empanadas, que nos vamos a liar.

Como alguna vez he comentado desde aquí, somos un pueblo tendente a las explosiones de corta duración y mucha carga legislativa de fácil olvido. Si un menor hace una salvajada, poco menos que la calle quiere legislar para que, más que un castigo correctivo, se legisle la venganza y eso no es nada positivo para nada, que así nos va.
A raíz de la pifia de Juan Carlos, que nadie niega, las masas han tomado el imaginario palacio de invierno y poco menos que piden que ya no vuelva a la Zarzuela, que del hospital vaya al exilio tras abdicar- Ahora ,mismo, pero ¡Ya! – en el pobre Felipe, que debe estar hasta los pelos de toda esta coña.
Desde el más absoluto convencimiento republicano, vamos a calmarnos todos y a dejar que la marea se retire, hagamos balance de los daños y planifiquemos, con mucho cuidadito, el futuro de nuestro país, que no estamos para muchas juergas.
Como no creo que sea tonto, Juan Carlos ya estará pensando que hacer, cuando hacerlo y como hacerlo para que todo salga lo mejor posible. Se juega mucho en la partida y tiene la lealtad y confianza de los partidos más grandes para ayudarle a hacerlo. Con un poco de suerte, seremos capaces de hacer las cosas despacito y con la mejor letra posible, que la cosa no está para derrochar habilidades y talentos.
Juan Carlos todavía puede dar juego y Felipe debe tener –en teoría así lo han educado –la mejor preparación para convertirse en un funcionario de lujo en una Casa Real mucho más ajustada a la realidad de unos tiempos en los que los partidos ya son mayores y el jefe del estado puede tener un papel menos relevante que el que Juan Carlos tuvo entre el 78 y el 92, por poner una periodo bastante “calentito”.

lunes, 16 de abril de 2012

Ecología, no: economía

A punto de desaparecer por comer conejos. Tan simple como eso: ha perdido la guerra contra el hombre y cada año siguen matando linces para evitar que se coman los conejos.
Muy ecológico todo.
Entrada corta y dedicada a la supuesta veneración que sienten los cazadores por la ecología, que la cosa ya me tiene hasta las narices. Lo que hace la caza en España, en determinados países africanos muy mentados últimamente y demás lares, no tiene nada que ver con la ecología, tiene todo que ver con la economía: pura, simple y sencilla pasta que sostiene un negocio.
En España se persiguen y eliminan con saña todas las especies “no cinegéticas”, desde zorros hasta Urracas; dejando los campos yermos de especies predadoras y entregados a una especie de producción industrial de perdices, conejos, liebres y, en fincas acotadas y valladas, venados, gamos, muflones (especie importada),  jabalíes y demás bestias que en el campo habitan y con las que hacer negocio vendiendo puestos en ojeos, monterías y acciones en los cotos entre otras muchas cosas.
Eso no tiene nada que ver con ecosistemas sanos donde se desarrolla la complejidad de las cadenas alimenticias y autosuficientes sin intervención humana. Las supuestas piezas de caza peregrinan, mansas y dóciles, detrás de los tractores de las finas de caza donde les llevan el pienso, sin acordarse de nada que no sea comer y multiplicarse a la espera de la montería de turno, realizada en una zona vallada de la que no hay escape posible. Vamos, que cada pieza pasa tres o cuatro veces por delante de los puestos hasta que el intrépido cazador tiene a bien acertar de una puta vez.
En África, como aquí, la caza es un negocio que nada tiene que ver con otras cosas y si no acaban con los bichos es, únicamente, para que no se acabe el negocio, que es lo único importante y de lo único que se ocupan.
Y por favor, dejen ya de tocar las narices con la cantinela, que no se la cree nadie.

domingo, 15 de abril de 2012

El velo y el sagrario

Desde ayer han entrado las hordas en el “sancta sanctorum”  del edificio del estado y la celda ha desvelado sus carencias más que sus secretos. Las masas, cuando pierden el respeto, tienen eso: que no conocen los límites y vale todo. En dos días se ha hablado de los que hace años permanecía tras el milagroso velo del pudor público: desavenencias familiares, cuernos, dineros más o menos oscuros y una población que no tiene deudas heredadas y que del 23 F sabe muy poco y le importa menos. Ni habían nacido ni el Franquismo y su negra sombre les dicen nada, así que Juan Carlos no tiene saldo en  sus cuentas corrientes más allá de lo ganado en los escuetos mensajes de Navidad.
Lo que ha explotado es un “hasta aquí llegó el agua” complicado de gestionar y al que la Casa Real, probablemente,  no hará caso alguno. Decía una coletilla de hace años que los Borbones eran lentos en el aprendizaje, pero que no olvidaban jamás. Los años de bonanza y la marea favorable han llevado a la Corona a una dinámica complicada y autosuficiente. No me creo que el rey no tenga a nadie cercano para avisarle de peligros y navegaciones complicadas. ¿Nadie avisó a Juan Carlos de que irse a Botswana a pegar tiros no mola?
La caza mayor en África es algo que suena antiguo y “demodé”; algo que está a años luz de la vida cotidiana de la inmensa mayoría de los españoles. La mayoría de los cazadores patrios, que los hay y muchos, se contenta con pegar tiros en un coto de conejos, de perdices y si tiene suerte, participa de un par de monterías sin demasiada sangre. El resto es cada vez más contrario a la ancestral manía de hacerles la vida imposible a los pobres bichos del campo.
La aventura africana de Juan Carlos ha roto el velo del sagrario y el sagrario ha quedado vacío, no hay nada, no queda nada, sólo una memoria mutilada que confirma la historia de España: al final, entrar en el panteón de los grandes cuesta mucho y es fácil resbalar y perder el sitio. Juan Carlos se ha escurrido y el resbalón está a punto de costarle muy caro. Tan caro como una corona.

sábado, 14 de abril de 2012

Trabajo para la Casa Real

Una familia que parece trabajar a favor de la III República en el peor momento posible.
La república ha sido un sueño al que hemos renunciado muchos en favor de una practicidad encarnada por un Rey al que mucho le hemos concedido, durante muchos años, un agradecimiento por los servicios prestados cuyo crédito, como el déficit del Estado, está agotado sin que los últimos hechos consigan incrementarlo.
Las últimas noticias con las que la Casa Real  ha ocupado un lugar destacado en titulares y cabeceras son excesivas para la normalidad. Empezando por Urdangarín y siguiendo con los constantes y accidentados días de caza en una época en la que todo se pone cuesta arriba para todos, la herencia que se le prepara a Felipe no es favorable.
Juan Carlos ha pasado el cénit de la curva normal y el declive parece acelerarse día a día mientras la casa Real se muestra dominada por la quietud, el silencio y la absoluta estupefacción ante la constante lluvia de malas noticias ante las que no hay escape.
Siempre hemos conocido aficiones femeninas y escarceos, pero hemos valorado cierta discreción ante rumores de dosieres que se destruían a cambio de edificios editoriales y las comentadas “espantás” de la Reina, pero ahora la cosa sube de tono y llega al nivel de “representación de …” cosa por la que no se puede pasar.
La precariedad laboral propia de la época llama a la puerta de la Zarzuela y obliga a que el becario Felipe haga horas extras, limpie el gallinero, se deje ver como un profesional adecuado para la tarea y se gane el prestigio que hoy ha perdido la institución a ojos de casi todos. La cosa no es sencilla y hoy, día de la república, el cambio de régimen se nos presenta en el horizonte como una alternativa posible en un momento espantoso.
A perro flaco, todo son pulgas y lo que en otro momento sería bien recibido, hoy aparece como el decimotercero de los trabajos de Hércules.
En fin: salud y república, que entre cacerías de animales beodos, asistencias a los toros de los menores de la familia, uso de armas indebido y conductas ejemplares de empresarios bien conectados, el trabajo de convicción nos lo hace la propia familia sin necesitar ayudas ni empujones de nadie.

viernes, 13 de abril de 2012

¡Mucho morro!

El PP debería cambiar las gaviotas por los morros para estar más cercano a su realidad.
El PP ha descubierto una mina en la perversión del lenguaje y los conceptos con la que cree que va a poder engañarnos siempre y ya estamos muy hartos. Desde Esperanza que mantiene que el Metro no ha subido porque el billete de un viaje no ha cambiado el precio y que lo que se ha hecho es “variar los descuentos” hasta Montoro, que  ayer dijo –perdón por no recordarlo textualmente, pero el cabreo me impidió fijarlo adecuadamente – que no se había dado una amnistía sino que se había “ajustado el tipo impositivo”, estos tipejos deben creerse que somos poco menos que gilipollas.
Llevamos demasiado años inmersos en un revisionismo impuesto que afecta a la historia –Franco como indulgente abuelito medio inútil heroico ante una república que se comía crudos a los niños – y ahora al lenguaje, por no incidir en la repentina amnesia  acerca del gamberrismo parlamentario de los Pujalte y compañía convertidos, de la noche a la mañana, en leal oposición constructiva y responsable.
Pasados estos primeros meses, el PP empieza a comprobar que a los mercados se la sopla lo que haga un país por si solo y que intentar contentar  a ese dragón equivale a suicidarse y ofrecer el propio cadáver como aperitivo del próximo incauto.
En lugar de dar la cara ante los ciudadanos y reconocer que la cosa sigue chunga, tenemos silencio por un lado o el timo de la estampita dialéctica por otro y a eso la gente normal  le llama estar más perdido  que un pulpo en garaje, en el  primer caso y tener mucho morro en el segundo.
Menos engaños, más verdad, más compromiso con los ciudadanos y menos echarle la culpa al maestro armero.

jueves, 12 de abril de 2012

Mudanzas en tiempos de crisis

Crisis de todo y sentido del humor: a la monarquía empiezan a crecerle los enanos.
Las crisis hacen que todo se ponga en duda y que los que perdieron terreno cuando se optó por lo que ahora no funciona del todo bien reivindiquen lo perdido. España hizo la transición que hizo gracias a las enormes renuncias de la izquierda y a la asunción de un invento que se nos ha ido de las manos y cuyo origen está, una vez más, en el lugar ideológico de la derecha: el nacionalismo, tanto de CiU como del PNV.
De la primera gran renuncia asumimos la monarquía y de la segunda, las autonomías. Años más tarde, la primera deja ver sus carencias y las segunda sus excesos, de manera que ambas se han convertido en blanco de las iras de…¡La extrema derecha! Curiosamente, muchos de los republicanos – y a pesar de lo que dice mi amigo José Luis, me incluyo entre ellos – hemos estado haciendo un forzado balance que salvaba a Juan Carlos hasta que la manta mental que le echamos en su día ya no tapa la enorme extensión de lo que empieza a ser un desastre global. Como al burro del sardinero, a la Casa Real le han puesto encima demasiado y el caso Urdangarín desvela miserias e insatisfacciones. Las infantas se han convertido en personas casi non gratas; el nieto casi se vuela un pie en un accidente absurdo que generará una sanción en la que se cebará la prensa y de Felipe nadie sabe nada. En cuanto a  Juan Carlos, todavía su historia le permite tirar de prestigio personal (vale, nos tapamos la nariz y miramos al techo) y llegar al final, pero me parece que la cosa no dará para mucho más. Felipe lo tiene cada vez más negro.
¿Y vendrá la república? Espero que si y que además sea una república sin excesos de estructura, con un presidente que no tenga que hacer nada y cuyo nombramiento no dependa de elecciones y campañas y partidos y…corrupción, vamos. Un presidente elegido por el Parlamento por un buen taco de años y que no sea fuente de nada más que buen rollito y aún mejor: nos inventamos una república sin presidente y cuya máxima representación sea el parlamento y el Presidente del Gobierno. Más baratito y mejor.
En cuanto a las autonomías, el momento debería servir para retomar sus orígenes y acercar la política a los ciudadanos sin que eso nos cueste un riñón, parte del otro y una caterva de administraciones que se empujan sin llevar a cabo ningún servicio de forma lógica.
Estamos en crisis y estoy seguro de que esto se llevará por delante muchas cosas, incluido un modelo social que creía en la dignidad de la ciudadanía y no en clasificarnos según el dinero que podemos aportar a las cuentas de las corporaciones.  
Es triste comprobar que ni siquiera somos súbditos y que la política ha huido dejando el campo libre a las empresas. Hemos empezado una mudanza que no tiene destino conocido.
Nota: si alguien tiene tiempo e interés, en este enlace encontrará la lista de agravios reales que un militar utiliza para argumentar en su defensa. Largo pero curioso el autor, facha donde los haya despellejando "al Borbón".  Herencias de Fernando VII.

miércoles, 11 de abril de 2012

Amnistiar la confianza

Recuerdo que nuestro presidente se hacía fuerte en una idea que se repitió hasta la saciedad en la campaña electoral. Hay que devolver la confianza a los mercados y yo sé como hacerlo. Parecía seguro de que su sola victoria abriría caminos en las aguas turbulentas tal y como la vara de Moisés mostró los sumergidos caminos del mar Rojo. Su calma calmaría a los mercados y las entidades financieras reconocerían su sabiduría: todo eran ventajas.
La cruda realidad ha llegado y varios recortes después, podríamos hablar de sangrientas amputaciones después, los mercados le han hecho un cruel corte de mangas a D. Mariano: el puñetero diferencial de la deuda se ha disparado muy por encima del de Italia y el BCE ha tenido que entrar a saco en los parquets. Hay tanta confianza en nuestro preclaro gobierno que pagamos más de un 6% cuando Alemania paga el 1,77%. ¿Razones?
Me imagino que hay más, pero me quedo con dos muy gordas y bastante obvias:
1º.- No hay una sola medida en los presupuestos y en sus estrambóticos remates que hable de incentivar empleo, inversión, producción ni gaitas en vinagre. Ergo: ¿me quiere alguien contar cómo se saca pasta de una economía tiesa como un cadáver? El presidente de la comisión lo desconoce.  Y yo también.
2º.- Amnistía Fiscal: Se calcula que la bolsa de fraude patria es de 70.000 millones de euros, equivalente a un pastizal enorme. Parecería lógico perseguir  ese fraude con todos los medios que tiene un estado moderno para hacerlo y cobrar lo que se nos debe a todos. Eso sería lo justo, lo lógico y lo normal. Si calculamos por lo bajo, una imposición media del 30% de esos 70.000 nos daría 21.000 millones que yo nos los gano todas las semanas. En su lugar, el gobierno da una amnistía que, en el mejor de los casos, nos aportaría 2.500 millones. ¿Qué lectura hace Europa? España es un lupanar en el que gobierno no manda un cuerno, con perdón. Seguimos siendo, con independencia de lo que pensemos los cabreadísimos paganos españoles que asumimos con civismo nuestras obligaciones, un país de pandereta y cachondeo; un país en el que los ricos y los ladrones han campado a sus anchas y del que no puede uno fiarse, pues van a seguir haciendo mangas y capirotes con sus obligaciones fiscales, que el mensaje es claro: el gobierno ha reconocido su incapacidad para hacer cumplir la ley y poner orden en las cuentas de la hacienda pública de manera que los golfos ni han pagado, ni pagarán. Son golfos y chorizos, no gilipollas.
Creo que esas dos razones pueden, lamentablemente, explicar mucho de lo que está pasando

martes, 10 de abril de 2012

El presidente en su laberinto

Símbolo completo por si mismo, en la cubierta del USS Missouri se firmó la paz con  Japón con una ceremonia montada de cara a los ciudadanos USA.
Rajoy no existe, es un ente, una quimera que habita La Moncloa y son sus secuaces los que nos transmiten sus elaborados pensamientos económicos y geniales estrategias financieras. Una nota de prensa da cuenta de la reunión de Rajoy con su equipo económico y deja caer, al desgaire y como quien no quiere la cosa,  un porrazo de diez mil millones. Guindos habla con la prensa alemana, por supuesto,  y Montoro corrige en la española mientras un nuevo personaje aparece y desaparece como regidor de la comunicación del PP y sus aciertos.
No tengo ni idea de si lo que están haciendo va a dar frutos, pero sí sé que necesitamos el éxito, de manera que trago la amarga medicina que me suministran entre engaños los médicos adecuados: “Ánimo, que está amarga, pero es la última cucharada”. Cucharada si que es la última, pero luego viene la lavativa, el jeringazo, la operación…No me gusta nada de lo que oigo y veo, pero si hay que empujar, se empuja. (Otra cosa son los daños colaterales en forma de modelos pasados de polvo y terciopelo ajado en la sala de visitas, que ni de coña me los trago)
Estamos mal, muy mal y la gente lo comprende y por eso no quema edificios ni personas, pero no hay derecho a que se nos informe tan mal, tan poco y por tan malos comunicadores. El general andará perdido en su laberinto, pero estas guerras necesitan que el pueblo vea a su jefe guerrero en plena batalla: Patton, Montgomery y McArthur lo sabían y generaron la moderna comunicación bélica que acabó por desbordar a sus ejércitos en la guerra del golfo. No digo que se guarde la pluma de la rendición para asesinar el orgullo nipón con la firma de la paz en el acorazado Missoury, pero Rajoy debe liderar esta lucha.
Debe, como Churchill, asumir que lo que promete es amargo; que eso de sangre sudor y lágrimas es un juego de niños comparado con lo que nos queda; debe encenderse un puro con las llamas de la hoguera de un modelo social que arde por los cuatro costados y  demostrar que cree hasta las trancas en lo que está haciendo, que hay futuro y que conoce el camino que nos llevará a la victoria.
Una nación que soporta lo que está soportando España se merece eso y mucho más, señor Presidente.

lunes, 9 de abril de 2012

Días de asco

Retrato de un hombre que se ha entregado a la margura abandonando el humor y hasta la buena educación. Una lástima.
Cuando parecía que las vacaciones de Semana Santa se orientaban a despotricar del mal tiempo y poco más, nos hemos visto inmersos en unos días dominados por el asco, el mal gusto y los turiferarios eclesiásticos en pleno gozo propagandístico.
El primer aldabonazo de mal gusto lo daba Alfonso Ussía a costa de la histórica relación de Antonio Mingote con ABC. Sin entrar en detalles, ¿y qué más dará lo que en su día pasara? La realidad es que se nos ha ido un genio y que lo que ahora comenta Ussía no aporta nada  ala obra de este genio. Miserias humanas que enarbolan a los muertos para reivindicarse a si mismas.
El obispo de Alcalá, de larga trayectoria fascista, la vuelve a montar contra gays, divorciados y lo que se le ponga por delante. No está mal que la Iglesia deje ver, de vez en cuando, su verdadera naturaleza, que también Su Santidad Benito Panzinguer XVI les ha recordado a los curas de Austria que hay que obedecer y callar, que no están en uan organización democrática y que el que manda es él mismo.
En cuanto a los tambores y fanfarrias, Telemadrid se las ha pintado sola estos días enseñando procesiones y cantando alabanzas de una tradición que, lo siento, Madrid ha importado tras largos años de absentismo. Tanto absentismo de tradición que la que en teoría nos presentaban como la más “chachi” pasa de costaleros e incorpora un estupendo mecanismo que hace rodar al Cristo de Medinaceli con una soltura propia de la Fórmula 1.
Y recortes, muchos nuevos recortes mientras el facherío ultramontano, más crecido cada día, le pega a Rajoy con mucha más dureza de lo que hace la propia izquierda. Para ce confirmarse eso que yo anunciaba sobre el origen de los verdaderos enemigos de este gobierno. Curiosidades propias de este país tan especial.
Nos bombardean con asco desde todos los ángulos, los usos y costumbres van degenerando y lo que queda es un detrito asqueroso que lo impregna todo. Por degenerar, degenera hasta el sacrificio religioso en favor de un exhibicionismo edulcorado de cadenas que no tocan los pies de aquellos que engañan a todos, hasta a sí mismos. Espectáculo de sado masoquismo en pleno horario de protección infantil emitido por una cadena tan pudibunda como Telemadrid. Eso si, vender la burra de la tradición religiosa del amo lo hacen muy bien.

sábado, 7 de abril de 2012

De campo y despacho

El hombre debe ser uno más en los ecosistemas protegidos.
Apagado el incendio de Galicia y visto cómo está el patio para la cosa verde puede que sea el momento de plantear un par de cosillas sobre la ola de ecologismo urbano que invade el pensamiento de nuestros ilustres. No hago demasiado caso de la noticia sobre ese alcalde de Fuencaliente que pretende fiscalizar los pasos de la gente por los caminos, senderos y veredas de “su” pueblo, pues no es más que una anécdota generada por un memo, pero si sobre lo que está pasando en casi todos los parajes protegidos de España.
Los Parques, en cualquiera de sus denominaciones, se entienden de una manera que creo es absolutamente equivocada y bastante peligrosa para su integridad. Se pretende, casi siempre,  que el hombre no tenga otra relación con ellos que la mera contemplación estética y que pase por ellos sin dejar rastro. Eso, que en el caso de los visitantes ocasionales es lo mejor, se convierte en un absurdo cuando hablamos de las poblaciones humanas que han tenido una relación permanente con ellos, con la explotación de sus recursos y con su aprovechamiento económico.
En el caso de Orense, decía el Alcalde de uno de los pueblos afectados, que “la gente pide permiso para hacer faena y se lo conceden a los seis meses, cuando ya no se puede hacer lo que había que hacer”. Eso que había que hacer se refiere a lo que siempre se ha hecho: limpiar, desbrozar, recoger, apilar leña, llevar ganado al pasto…miles de tareas que no se conciben en al mesa de un despacho y que tienen su momento y su oportunidad. ¿Qué pasa si no se hacen? El desastre: abandono, maleza, caminos cerrados que ya se pueden usar para extinguir los fuegos, abandono de los Municipios ….el desastre, vamos.
En la Comunidad de Madrid y otros muchos lugares (Cataluña también que lo he vivido) en los que está perseguido conducir por as pistas de tierra, los caminos se están perdiendo y algún día habrá un follón considerable. España debe conservar sus espacios naturales sabiendo que el hombre siempre ha tenido un papel en ellos, que hace siglos que dejaron de ser parajes virginales y se convirtieron en fuente de recursos. En Balsaín, donde el hombre cuida del bosque desde hace siglos, la cosa funciona.
¿Qué hacer? Hay que repensar todo ese ecologismo angelical y poner cabeza y sensatez al frente de las decisiones. Se puede hasta hacer negocio manteniendo caminos: hagan un calendario de rutas controladas a favor del mantenimiento  de las redes y la gente se apuntará aunque les cobren 5 euritos por vigilar esas rutas circulares y poner un par de puestos de atención  a las posibles galletas de las motos. (Me repatea el olor y el sonido de las motos cuando voy por el campo, pero los senderistas no hacemos pistas válidas para los camiones de bomberos: motos y coches, si). Saquen dinero del lobo como hacen en la sierra de la Culebra y que, como en muchos otros sitios, todo eso sea rentable para los que tienen que mantenerlo en su cercanía.
Dejen que sean los alcaldes y concejos los que gestionen las faenas y explotaciones tradicionales de los parques afectados. Covadonga y lagos pueden ser el ejemplo: hay ganado, se siega el pasto…no pasa nada. Paguen los daños de lobos y osos de un día para otro, aunque eso signifique un pequeño porcentaje de mentiras y pagos por lo que hacen los perros abandonados, pero no carguen sobre los más débiles el peso de una conservación que no saben cómo hacer, por favor.