Retrato de un hombre que se ha entregado a la margura abandonando el humor y hasta la buena educación. Una lástima.
Cuando parecía que las vacaciones de Semana Santa se orientaban a despotricar del mal tiempo y poco más, nos hemos visto inmersos en unos días dominados por el asco, el mal gusto y los turiferarios eclesiásticos en pleno gozo propagandístico.
El primer aldabonazo de mal gusto lo daba Alfonso Ussía a costa de la histórica relación de Antonio Mingote con ABC. Sin entrar en detalles, ¿y qué más dará lo que en su día pasara? La realidad es que se nos ha ido un genio y que lo que ahora comenta Ussía no aporta nada ala obra de este genio. Miserias humanas que enarbolan a los muertos para reivindicarse a si mismas.
El obispo de Alcalá, de larga trayectoria fascista, la vuelve a montar contra gays, divorciados y lo que se le ponga por delante. No está mal que la Iglesia deje ver, de vez en cuando, su verdadera naturaleza, que también Su Santidad Benito Panzinguer XVI les ha recordado a los curas de Austria que hay que obedecer y callar, que no están en uan organización democrática y que el que manda es él mismo.
En cuanto a los tambores y fanfarrias, Telemadrid se las ha pintado sola estos días enseñando procesiones y cantando alabanzas de una tradición que, lo siento, Madrid ha importado tras largos años de absentismo. Tanto absentismo de tradición que la que en teoría nos presentaban como la más “chachi” pasa de costaleros e incorpora un estupendo mecanismo que hace rodar al Cristo de Medinaceli con una soltura propia de la Fórmula 1.
Y recortes, muchos nuevos recortes mientras el facherío ultramontano, más crecido cada día, le pega a Rajoy con mucha más dureza de lo que hace la propia izquierda. Para ce confirmarse eso que yo anunciaba sobre el origen de los verdaderos enemigos de este gobierno. Curiosidades propias de este país tan especial.
Nos bombardean con asco desde todos los ángulos, los usos y costumbres van degenerando y lo que queda es un detrito asqueroso que lo impregna todo. Por degenerar, degenera hasta el sacrificio religioso en favor de un exhibicionismo edulcorado de cadenas que no tocan los pies de aquellos que engañan a todos, hasta a sí mismos. Espectáculo de sado masoquismo en pleno horario de protección infantil emitido por una cadena tan pudibunda como Telemadrid. Eso si, vender la burra de la tradición religiosa del amo lo hacen muy bien.
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