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miércoles, 31 de agosto de 2011

Vivir del cuento

Se van a laminar a los sindicatos y nadie va a mover un dedo.
¿Se darán cuenta de que deben trabajar en serio?
Como no todo va a ser ver la paja en ojo ajeno (estoy muy bíblico últimamente) sin percatarse de la viga en el propio, hoy me apetece ser coherente con mis propios criterios y darles cera a nuestros aborregados sindicatos, que les va haciendo falta.
UGT y CCOO, además de USO y otros compañeros de viaje, se han encontrado con una herencia histórica que no merecen, con un regalo de la democracia que no han sabido gestionar y hoy, salvo honrosas y no muy conocidas excepciones, sestean en los mullidos colchones de las subvenciones y los privilegios legales de una reglamentación laboral absurda y proteccionista.
La democracia nos ha traído unos sindicalistas que, además de no ser dignos de la herencia histórica de lucha, sangre y represión que conllevan sus siglas, dedican sus vidas a pintar la mona, hacer demagogia y colocar amiguetes pasteleando oposiciones.
Hoy, después de años de contemplar sus malas artes y sus pocas ganas de trabajar, son muy pocos los compañeros de estos sindicalistas que, de forma justificada, pueden oponerse al deseo del PP de reconducir la actividad sindical y el papel de los sindicalistas. Ellos claman contra los ataques de esa “patronal” despiadada y explotadora sin pararse a pensar que, si nadie, o casi nadie, les apoya, será por algo.
Señores sindicalistas: aporten, den, propongan, trabajen, defiendan y generen nuevos modelos que integren la defensa del trabajador y de la empresa como binomio de creación de riqueza y competitividad; propongan nuevos diseños de participación de los trabajadores en la riqueza generada; hablen de implicación, de jóvenes formados a los que dar un plan de carrera dentro de empresas comprometidas incentivadas por ello y hagan algo positivo y consecuente de una puñetera vez, que va haciendo falta.
Piensen que, con el derroche de la herencia, se ha ido por el sumidero la legitimación moral para enfrentarse a un modelo empresarial que se encastilla en lo más duro del neoliberalismo sin una oposición sindical evolucionada, moderna e ilusionante.
No se pueden seguir manejando modelos que no aportan nada y que perviven reivindicando un modelo de relación entre la empresa y el trabajador en el que nadie cree: ni los unos porque nunca lo han hecho ni los otros, porque desde la sensatez, se dan cuenta de que la cosa no chuta.
Los del 15 M y muchos otros, también les decimos que así ni un día más: no tienen sitio en el futuro, sólo en los libros de historia. Y ojo, que lo que pido es que se reconviertan, no que desaparezca el sindicalismo, que hoy, especialmente hoy, hace más falta que nunca. Lo que viene da mucho miedo y hace falta estar muy bien preparado para demostrar que se puede hacer de otra manera, no como lo están haciendo, que dan pena.

martes, 30 de agosto de 2011

Castigo divino

Lo de esta chica no tiene desperdicio, aunque retraso, un montón:
más o menos, siglo arriba o abajo, viene  del XVI.
Hay cosa que no deberíamos tomarnos en serio si no fuera porque son locuras que habitan en aquellos que tienen la capacidad de llevarlas a cabo y hacer mucho, pero que mucho daño. Tal es el caso de una nueva descerebrada que, siguiendo los pasos de aquella otra indocumentada llamada Sara Palin, de triste recuerdo, amenaza con liderar al Partido Republicano y consagrar la estupidez como valor político en la nación más rica de la tierra.
Veamos la pieza con la que nos la estamos jugando. La niña se llama Michelle Bachmann y anda empeñada en ver quien dice la burrada más gorda, teniendo en cuenta que el listón está alto y que uno de sus rivales, el gobernador de Tejas Rick Perry, se lo ha puesto complicado: según el angelito, George W.Bush era un blando liberaloide próximo a los comunistas.
Una ya ha dicho que la tormenta Irene es un castigo divino para que los hombres escuchen a Dios, mientras que el segundo, mucho más práctico, tiene en su haber varias jornadas de oración para conseguir distintos fines. Parece ser que la última pretendía aliviar la crisis económica, pero también montó otras contra la pertinaz sequía. (que recuerdos, no?)
Sara Palin no sabía nada, era inculta, manipuladora y ofensiva en su ignorancia, pero fue un aviso: reaccionando contra la deshonra de un presidente negro, lo peor de una gran nación –a la que Europa debe dos veces su actual existencia, no nos olvidemos- se moviliza para desalojarlo del poder y, ya que estamos, pasarse varios pueblos en la frenada.
Esta chica, nacida en Iowa, estado mundialmente conocido por sus competiciones de belleza en las que se elige a Miss Pig, la cerda mas guapa del estado, como más sofisticada actividad cultural anual, habita la cámara de representantes y aspira a la candidatura del Partido Republicano en dura competencia con otros políticos que, eso si, no tienen tanta confianza con Dios. Recordemos que si uno habla con dios, es que reza; pero que si dios contesta, la cosa se llama esquizofrenia; por si a alguien se le ha olvidado.
A despecho de los padres fundadores, (una panda de ateos, agnósticos y librepensadores que querían que el estado y las religiones no se mezclaran) la religión se está convirtiendo en una pieza esencial de la política de los USA y juega a favor o en contra de los políticos.
Dice el billete de Dólar que “In god we trust” (En Dios confiamos), pero me parece que este derrotero absurdo, milenarista y finimundista - de mensajeros del fin del mundo- no lo endereza ni dios; salvo que todos estos animales de bellota medievalistas se vayan a escardar cebollinos con viento fresco y vuelvan los políticos normales que hablan de cosas normales para librarnos de estos ayatolás salvajes que están por civilizar. Falta hace, de verdad.

lunes, 29 de agosto de 2011

Comentando a Vargas Llosa

Pues yo creo que, como el futuro se lo curre como se ha currado el pasado, lo llevamos claro.

Alguna vez he dejado clara mi admiración por la forma en la que Vargas Llosa escribe y manifiesta ideas y opiniones con las que no estoy de acuerdo pero que suponen un placer, tanto por la forma en la que están expuestas, como por el enorme respeto y limpieza democrática con la que se desarrollan.
El comentario de hoy viene provocado por el artículo de ayer domingo en El País, cuya lectura recomiendo encarecidamente y que, según mi experiencia personal en Latinoamérica, deja ver muchas cosas, quizás demasiadas.  
Concedo que, hoy por hoy, la cultura que apoya y lleva a la conclusión de la inexistencia de dios es quizás demasiado lejana, pero me cuesta y me rechina esa idea de que la sociedad sin dios deba ser, necesariamente, un caos de falta de responsabilidad tal como él asegura: “...si una rica vida espiritual no florece en su seno como un antídoto permanente a las fuerzas destructivas, disociadoras y anárquicas que suelen guiar la conducta individual cuando el ser humano se siente libre de toda responsabilidad.” Hace mucho que no creo que la religión aporte más que la ética personal y que somos muchos los que creemos, sin recurrir a religión alguna, que es mejor ser buena gente que nos serlo; algo mucho más ligado a la sensatez y a la normalidad de un ambiente en el que se transmiten esos valores universales que a otra cosa. De hecho, las estadísticas sobra la población reclusa de USA demuestran lo contrario, con un ínfimo porcentaje de ateos con respecto un alto porcentaje de creyentes y practicantes. Los unos, muy por debajo de lo que correspondería en la calle y los segundos, muy por encima. (Cito de memoria la idea de Richard Dawkins, pero ahora mismo no tengo la fuente exacta a mano)
La segunda cuestión que me gustaría comentar es la relativa a la necesidad de vida eterna unida a cierta condescendencia con respecto a los creyentes. Tras explicar que el hombre siente una necesidad de trascendencia que no satisfacen ni la filosofía ni las ciencias, asegura que “...la idea de la extinción definitiva seguirá siendo intolerable para el ser humano común y corriente, que seguirá encontrando en la fe aquella esperanza de una supervivencia más allá de la muerte a la que nunca ha podido renunciar.” Y es aquí donde ya no compro más, pues lo que destila la cosa es algo muy semejante a la soberbia con la que el superior concede, a sus inferiores, la posibilidad de divertirse con juegos de niños o, como él mismo califica, “con la forma más elevada de superstición”.
Bueno, mientras no podamos mantener la política al margen, dejemos que los inferiores se queden tranquilos y bien domesticados con sus juguetes antes de que les de por ser malos y montar un follón que se les vaya de las manos.
Karl Marx dijo aquello de la religión y el opio del pueblo y lo que Vargas Llosa dice se parece mucho, pero en lugar de querer quitar esa especie de “bozal”, Vargas Llosa lo ve adecuado para mantener el orden. Y si no, leamos el final del artículo: “Creyentes y no creyentes debemos alegrarnos por eso de lo ocurrido en Madrid en estos días en que Dios parecía existir, el catolicismo ser la religión única y verdadera, y todos como buenos chicos marchábamos de la mano del Santo Padre hacia el reino de los cielos.”
La verdad, me suena un poco a coña y rechifla: los superiores sabemos que todo es una representación, pero como eso no nos va mal y nos iría mucho peor de otra manera, dejemos que las cosas sigan así y que cada uno salga del error como mejor le parezca. Hombre, un poco cínico ya parece, ya.
En fin, un gusto discrepar de alguien tan formal y formalista.

domingo, 28 de agosto de 2011

Racismo

Me parece que no hay que comentar nada sobre la foto.
Perdido entre las noticas, como si la noticia no reuniera por si sola todo el horror que la fotografía nos escupe a la cara. Mientras Libia se desangra en una guerra civil sobre la que vuelan los buitres de las petroleras; mientras el Líbano no está en guerra porque la fuerza es sólo de uno pero la razón apoya a los muertos, un animal se dedica a reivindicar la memoria de otro bestia y se hace una foto infame.
Vi un documental que entrevistaba a Eugene Terreblanche-líder de los afrikaneers sudafricanos que sembraban el terror- y el personaje era algo más que odioso, era siniestro. Este cachorro se hace llamar Eugene Terrorblanche y cuelga fotos en internet mientras la policía sudafricana se desmelena intentando echarle el guante para ponerle encima el peso de la ley.
Que este tipo de acciones dan asco es algo obvio, pero lo que es más frustrante es que por encima de la solidaridad o la sensatez o la lógica, está la demostración fehaciente del origen del humano moderno y la inexistencia de razas humanas. Blancos, negros y demás somos sólo biotipos distintos, pequeñas variaciones de un mismo tema surgido desde ese territorio que hoy alberga algunos ejemplos del racismo más arcaico.
Sudáfrica se acerca a otra gran prueba que llegará el día de la muerte de Madiba, Nelson Mandela que no podrá transmitir a nadie esa enorme autoridad moral que tanto ha conseguido en un país arrasado por el SIDA, por las desigualdades y que, me temo, está presto a entregarse a una orgía de venganzas.
Mientras ese día llega, el odio antiguo e irracional se hace fotos para recordarnos que no hay que bajar la guardia, que están en la sombra pero que son muchos y están cerca. De vez en cuando, confundiendo el momento y su poder, asoman la patita y eso es bueno: nos recuerdan que no hay que dormir ni confiarse.

sábado, 27 de agosto de 2011

Ferzat

Los métodos de Bachar el Asad para mantenerse en el poder.
Repugnante represión de un artista: Ali Ferzat.
No conocemos su obra y su nombre ha saltado a los medios unido a una foto atroz: un hombre con las manos rotas por a aviolencia asesina del régimen sirio. Occidente ha olido el petróleo de Libia y la OTAN se ha metido de hoz y coz para morder futuros beneficios. En Siria, los arcanos de la política internacional mantienen en el poder a un dictador que ha sumido a su país en un baño de sangre.
Ferzat es un dibujante, un autor que usa su ingenio y su arte para expresar sus opiniones y su visión del mundo. Ferzat es una víctima, una más de la represión, de la censura y del fascismo: Ferzat es uno más de los muchos represaliados por regímenes totalitarios que pretenden silenciar la lógica y la verdad sepultándolas bajo metros de venda escayolada.
Ferzat es conocido, pero al igual que Ferzat hay muchos que sufren en el anonimato los desastres causados por las dictaduras.
Jamás he viso un sólo dibujo de Ferzat, pero desde este momento se merece nuestro apoyo y nuestra solidaridad. Algún día, alguien tendrá que dar explicaciones por este silencio ominoso ante las barbaridades cometidas en Siria.

viernes, 26 de agosto de 2011

Carpe Diem


Antes, envolvían el pescado y hoy crean, cada día, 
la realidad que no existe.
Vivir el momento, exprimir el segundo, la realidad sin pasado ni futuro, la vida “express”, solo el ahora cuenta. Dos frases más atrás, dos horas o dos días, el vacío, el reino oscuro en el que nada cuenta ni se puede recuperar. La memoria es flaca y los intereses muchos, que la realidad se construye de instantes inconexos; la realidad es enemiga del tiempo.
¿Que ha pasado? Nada especial, pero todo apunta al mismo camino; los juicios populares basados en titulares manipulados e interesados, vidas e imperios elevados y destruidos por esas bombas de tinta, por esas imágenes emitidas en las noticias, por esas informaciones sin espoleta retardada que nos lo dan todo pensado como ellos quieren.
No lo defiendo, que la biografía del caballero es la que es y basta para mandarlo a galeras, pero el caso de Dominique Strauss-Kahn ilustra perfectamente lo que digo: ya no cuenta la verdad, cuenta su conseguida destrucción; está muerto, destruido, acabado. Todo indica que le prepararon una encerrona y que los medios de comunicación hicieron el resto. Su actual libertad no cambia nada, sigue muerto y en dos días más, olvidado. ¿Más ejemplos? Cientos, pero es inútil seguir: se habrían olvidado en el siguiente párrafo.
¿Cómo se podrían explicar tantas cosas si lo que digo no fuera verdad? ¿Cómo podrían políticos e instituciones seguir actuando si tuviéramos un mínimo de memoria? Hacer la prueba y veréis que, además, la amnesia es selectiva e interesada: de los que somos afines no recordamos lo malo y viceversa, pero es que además, lo peor está por llegar: el conocimiento y la demostración de la realidad, no basta para que la gente acepte sus errores y equivocaciones.
Borrachera inmediata, la verdad vive ahora mismo y mañana estará muerta, alcohol inhalado directamente a los pulmones, muerte súbita; una realidad compuesta de instantes inconexos sin historia: el sueño del fascismo.

jueves, 25 de agosto de 2011

De estramonio, pinos y tortas

Que nadie se olvide de lo que pasa cuando se enreda con lo no se tiene que enredar.
Hay demasiados que añoran cosas malas que tanto mal hicieron.

Que estamos tontos es algo notorio; que Darwin se equivocó y las especies pueden retroceder en su camino evolutivo está, claro; pero que los mercados de determinados productos se abran a base de matar a sus futuros consumidores, eso no lo habíamos visto todavía.
El verano es época de balconing y borrachos ensartados en las astas de esos tradicionales y bien tratados “bous al carré”, prolegómenos todos de burradas de más altos vuelos, como el toro de la Vega, orgullo patrio que consigue oscurecer los logros de otras perversiones nacionales, como la disciplina inglesa o las bolsas de plástico, a la hora de encabezar los estereotipos europeos.
Este verano, unos iluminados han intentado hacer del Estramonio (Me arriesgo con la Wikipedia: Datura stramonium es una especie de planta tóxica de la familia de las solanáceas. Popularmente se conoce como burladora, chamico, estramonio, revientavacas, hierba del diablo, hierba hedionda, higuera del infierno, higuera loca o manzana espinosa) una droga de diseño sin hacer caso de la nomenclatura popular, suficientemente explícita con respecto a los efectos de su ingestión. Resultado: dos idiotas muertos, uno casi tieso y la policía municipal de Getafe (vaya veranito que lleva el municipio) arrancando las plantas para evitar ideas.
Los pinares de Soria se han visto invadidos por una concentración de personas que venían a un macro concierto ilegal. Unas cuatro mil personas han estado amontonadas durante días en un espacio natural de alto valor cuyas visitas se hallan restringidas, donde no se puede acampar y cuyos vecinos casi ni pueden pisar. Eso si: como ya estaban por allí, nadie les dijo que se marcharan con la música a otra parte. No voy a ser muy explícito con respecto a la descripción del rastro que cuatro mil seres humanos, hacinados y sin servicios, dejan en el paisaje; que luego viene la censura y me pone el blog en el índice de libros prohibidos, pero es que estamos tontos, de verdad.
¿Es que no hay nadie que pueda impedir actos ilegales de esa naturaleza? ¿Es que no se han dado cuenta de que no han acabado como carboncillos, en un incendio, de milagro? Esos bosques son muy importantes en muchos aspectos, uno de ellos el de sostener a muchas familias que se quedarían sin recursos tras un incendio, sin entrar a considerar cuestiones sanitarias o escatológicas.
A ver si no nos confundimos: una cosa es el respeto por las libertades civiles, que a pesar de algún exceso está muy bien y otra, muy distinta, es que unos descerebrados hagan mangas y capirotes a costa de la sensatez. Justo para esos casos nuestras fuerzas públicas tienen cuerpos represivos con ganas de dar estopa en condiciones; que si no se nos ponen tensos y se les escapan las tortas a destiempo, como ya ha pasado en estos días.
No tengo ninguna duda con respecto a lo conveniente o no de la manifestación llamada “antipapa”, pero lo que sí tengo muy claro es que había un recorrido aprobado, que los unos tenían permiso y los otros se colocaron por allí a ver si podían tocar un poco las narices a los que querían tocar las narices al gobierno, no a ellos. Sobre el histórico de los unos y de los otros, tampoco tengo dudas: en los últimos 50 años, los unos han dado siempre y los otros han recibido. Eso si: las hostias siempre llegaban por encargo de Cristo Rey, que alguien pensaba que dolían más y llevaban indulgencias.
Cosas de ser mayor y tener un poco de memoria, que tampoco hace falta tanta para acordarse de lo bestias que eran. Por cierto: que a nadie se le olvide que algunos de los peregrinos que vinieron a portarse tan bien, llegaron de países en los que hay escuadrones de la muerte y fuerzas paramilitares que asesinaron a jesuitas y curas comprometidos; cuyas iglesias hacen política en los púlpitos –hoy, no hace años, que Vargas Llosa lo cuenta muy bien -y que, curiosamente, el día de los problemas dejaron oír sus acentos por Sol. Que se lo pegunten a Monseñor Romero, Ellacuría y compañía, aquellos de los que la curia vaticana nunca quiso saber nada.

miércoles, 24 de agosto de 2011

¡Hasta las narices!


Eso, que nos avisen
Parece que estos últimos meses el mundo se ha organizado para mostrarme todo el catálogo por el que yo podría adoptar como propias varias de esas sentencias que hemos ido oyendo sin darles demasiada importancia; aquellas que dicen que “el infierno son los otros” o que “los tres enemigos del hombre son el mundo,...”.
Desde hace meses me llega ,desde ese mundo enemigo, una enorme marea de mierda que ha conseguido hacer la atmósfera poco menos que irrespirable y digo bien: marea de mierda. Que lo sea en sentido figurado no le resta ni un ápice de pestilencia, que al intelecto le llega el aroma de descomposición de los conceptos, de la ética y de la lógica como al olfato le llega el olor de los huevos podridos: con la misma intensidad.
La vida pública española, la sociedad española, ha ido ganando velocidad en la pendiente sin siquiera darse cuenta de que no llevamos frenos; sin la más mínima reflexión sobre las consecuencias de nuestras acciones y sin que nadie, repito: nadie, sea capaz de ver la realidad más allá de un palmo a contar desde sus propias narices.
Entre unos y otros; atribuyendo a lo normal cualidades de un lado o del otro, hemos conseguido que, al final, la normalidad sea rechazada por todos y no forme parte de nuestro mundo cotidiano. Hemos abandonado cientos de cuestiones que no son ni de derechas ni de izquierdas, cosas que pertenecen al sentido común y que, por culpa de algunos idiotas, hemos arrumbado pensando que estaban apestadas por la pertenencia a determinada ideología.
Nos ha pasado con la buena educación; nos ha pasado con la coherencia a la hora de asumir las ideologías con todo lo que éstas conllevan; nos ha pasado con la forma de afrontar la vida como un empeño personal,  que no depende de nada más que de nuestra voluntad y del querer hacer, nos ha pasado con nuestros cuerpos y con nuestra capacidad física, olvidada entre los blandos michelines de generaciones ya obesas, fofas y entregadas sin voluntad o crítica a los peores programas de la televisión.
La política española se ha dejado putrefactar por la gangrena de la corrupción; podredumbre que ha destruido los programas, las actuaciones, los ideales y, lo que es más importante, ha conseguido que los políticos olviden el principal motivo de su tarea: el bien común.
Son capaces de arrancarse los ojos para no hacer lo que todos queremos que hagan y se entregan al sexo sin protección en cuanto el dinero les pide el culo; mejor dicho: nuestro culo. Nuestros jóvenes andan perdidos entre Escila y Caribdis; La Puerta del Sol o Benito XVI, sin que nada les de una salida a su falta de futuro y algo por lo que luchar, además de un par de collejas bien dadas.
Estamos instalados en un conformismo de sillón, de pereza física, intelectual, ética y moral, sin otra guía que una caterva de políticos mediocres cuyas aspiraciones no nos llevan más allá de la consolidación de sus privilegios.
España necesita un revulsivo, una ilusión, un proyecto que ha perdido enterrado bajo toneladas de basura y que nadie es capaz de poner en una bandera como símbolo de futuro. Instalados en el “que me lo den hecho” todos, dejamos de hacer y nos olvidamos de que, antes que ser de unos o de otros, debemos ser personas y exigirnos unos mínimos en todo: en formación, en ética, en rigor y con eso, podremos elegir si vamos a un lado o a otro, nunca antes.
Como puede verse, los acontecimientos de este verano; los mercados, nuestros políticos y SuSa, han hecho estragos en mi optimismo.
¿Tendría razón Quevedo, una vez más?
Sépase, pues libertad
Ha engendrado en mi pereza
La Pobreza.
Si es que los genios, ya se sabe...

martes, 23 de agosto de 2011

De una vez por ...algunas

Nos la violan desde fuera y nosotros no somos capaces de curarle los achaques de la edad.
¡Serán bragazas!
Nos propone Zapatero reformar la Constitución para fijar un límite al gasto público. Así, sin anestesia, deprisa y corriendo y con apoyo de Rajoy; que si dice que sí, es por ahorrarse trabajo y que se lo den hecho.
Me parece -y si alguna vez lo que escribo es opinión pura y simple, es ahora- que hacerlo así y en esta situación, es quemar la pólvora en salvas. Si alguna reforma constitucional hay que hacer, que las hay, ésta es la última y además, impuesta desde fuera para dejarnos, como viene siendo habitual, a los pies de los mercados y los especuladores. No les niegan ni nuestros culos, vamos.
Los españoles hicimos una Constitución –la que en su momento se pudo hacer, no la que había que haber hecho- que nos ha llevado y servido desde 1978. No podemos negar que aquellos ponentes constitucionales hicieron un trabajo estupendo en las peores circunstancias: crisis galopante, ruido de sables, constantes amenazas, ETA despendolada y una Iglesia vigilante que ha dado sus buenos frutos y que ya ha sido amortizado de sobra.
¿Por qué, pues, no se han tocado cosas que todos sabemos necesarias? Porque nadie tiene ni el nivel intelectual y moral, ni las ganas de trabajar que aquellos tuvieron. Eso por no mencionar el inmenso miedo a la que se puede liar, que eso lo sabemos todos. Señores: con la Constitución no vale hacer chapuzas ni racanear trabajo o generosidad: hay que dejarse la piel en el intento.
Lo que uno propone y el otro acepta es un escaqueo de libro, ni más ni menos. Si la exigencia europea nos ha dado la excusa para el pistoletazo de salida, perfecto: lo aprovechamos, pero a partir de ese momento, a trabajar como posesos con las miras puestas en una regla que nos de, por lo menos, lo mismo que nos ha dado esta, que no ha sido poco.
Desde la sucesión de la Corona, pasando por el Senado y llegando a los colapsos administrativos fruto de un diseño forzado, se toca todo lo que haga falta; se trabaja sin descanso, se cede lo que haga falta ceder en busca del bien común y se hace POLÍTICA, así, con letras gordotas, que todos podamos respetar y volver a admirar.
Sinceramente, me parece una enorme falta de respeto acercarse a tan noble Señora y levantarle la falda para dejar al aire sus vergüenzas sin arreglarle nada. A tan noble Señora hay que tratarla con mucho respeto, con mucha consideración y asumiendo el peso de toda nuestra historia a la hora de hacer cualquier zurcido. Sin miedo, pero sin hacer el capullo, vamos.
Zapatero y Rajoy, proponiendo al país lo que hoy han propuesto, nos han dado la exacta medida de su capacidad y de su nivel como estadistas. Lo llevamos claro.

lunes, 22 de agosto de 2011

Por favor, no le digas a mi madre...

La última de un irresponsable que no merece el puesto que ocupa.
El deporte español vive un momento irrepetible del que nos acordaremos en los próximos años. Nuestras selecciones mantienen un nivel que no es posible mantener y los deportistas individuales generan admiración y asombro por su calidad y constantes éxitos.
Dentro el deporte el Fútbol, el omnipresente, idolatrado y visceral fútbol, tras alcanzar la gloria efímera, ve acercarse el peligro de desastre sin poder hacer nada. Un elemento, un solo elemento pernicioso y rastrero, se ha adueñado de los destinos de un club con una historia impecable sin que su presidente sea capaz de recobrar el juicio y mandarlo a la puñetera calle.
Me imagino que José Mouriño sabe de fútbol lo que hay que saber, que maneja al grupo y motiva a los jugadores como nadie, pero es un irresponsable peligroso que pone en peligro la salud deportiva de este país. Cuando se ocupa el puesto que ocupa este señor, cuando cada palabra y cada acción suya es reproducida en todos los medios en lugar destacado, sólo hay un camino posible: la corrección, como obligación y la ejemplaridad, como ideal, aunque no sea obligatoria.
Mouriño será responsable, sin dudas o paliativos, de los acontecimientos que van a tener lugar entre el Real Madrid y el Barcelona. El Presidente del Real Madrid, siniestro forofo disfrazado de recatado gestor, es ya culpable de permitir los desmanes de su empleado. El Real Madrid ha iniciado un camino peligroso y deleznable que debemos condenar todos los que creemos que el deporte es algo bueno para la formación de la persona y para la salud de las sociedades.
El Real Madrid debe ser consciente de que lo que ha empezado conduce a un terreno lleno de problemas, enfrentamientos y deterioros que van más allá de lo puramente deportivo. El Real Madrid está obligado a hacer honor al buen gusto y a su historia si no quiere que sus seguidores y aficionados les tengan que pedir a sus amigos que no, que “por favor, no le digas a mi madre que soy merengue”. Una pena que los medios de comunicación, y hago directo responsable a Marca como cabeza de lista, deben ayudar a evitar y reconducir.
El deporte, clara y afortunadamente, es otra cosa. A la calle los dos, presidente y empleado.

domingo, 21 de agosto de 2011

De collejas y curiosidades en torno a la JMJ


Como es domingo y hay tiempo, os pongo un montaje personal sobre la foto aerea de Cuatrovientos usando la medida oficial de la pista.
Llenar, como se ha llenado, toda esa superficie es la bomba.
Acabando la sobredosis de exhibicionismo místico político que nos invade en estos días, parece buen momento para comentar algunas cositas que, casi seguro, no comentarán los medios convencionales.
La primera, cuestión –y creo que la más destacada, junto a aquel rapapolvo económico financiero del avión de venida – es que el “profe” les ha pegado una colleja a sus chicos, algo muy propio de los antiguos colegios de curas. Si yo estuviera en los zapatos de cardenales y obispos, me hubiera dado por abroncado y en la empresa privada algo de similar enjundia suele ir seguido de una cartita de agradecimiento de los servicios prestados. Para no cambiar nada, acudo a las fuentes y reproduzco: “...es caminar con Él en la comunión de la Iglesia. No se puede seguir a Jesús en solitario” Primer aviso: nada de hacerse una religión a la medida, se acabó eso de que “dios y yo nos entendemos, que ya sabe él que yo...”. Curioso ese mensaje en España, país que ha hecho de ese entendimiento privado un dogma de comportamiento habitual.
Segundo rapapolvo: “es fundamental reconocer la importancia de vuestra gozosa inserción en las parroquias, comunidades y movimientos, así como la participación en la Eucaristía de cada domingo, la recepción frecuente del sacramento del perdón, y el cultivo de la oración y meditación de la Palabra de Dios”. Ser católico es aceptar las obligaciones escritas en el reglamento del club. ¿Que es eso de declarar sin demostrar? Más coherencia y menos hacer el vago.
A Benito XVI no le sirven los números vacíos: quiere Iglesias llenas y eso, me parece, va a ser un poco más complicado que llenar Cuatrovientos hasta la bandera para asistir a esta especie de macrobotellón místico. Me gustaría saber que han pensado los jerarcas que, acabadas las jornadas, deben ser capaces de gestionar todo ese patrimonio de ilusión para fidelizar, acoger y dar respuestas satisfactorias a las preguntas, dudas y decepciones vitales que van a llenar las horas de todos esos jóvenes. Ellos deben crecer y convertirse, eso se les ha pedido, en miembros activos de una Iglesia anquilosada y antigua guiados por una jerarquía que, día a día, entiende menos de su realidad y que les remitirá a la obediencia ciega, a la doctrina fría y a la ausencia de trabajo intelectual.
Estas jornadas, que han movilizado masas inmensas, también han generado milagros, tan difíciles de materializar como los narrados en el nuevo testamento. El primero, la suspensión temporal de las leyes físicas. En una superficie -eso nos dicen, ojo, que yo ni idea – equivalente a 48 campos de fútbol, se han dado cita –también lo doy por bueno – dos millones de personas.  (Esto está escrito antes del bricolage de la foto) Un campo de fútbol medio puede medir unos 100 metros de largo por 50 de ancho. Media hectárea justa, vamos. En total, 24 hectáreas que a 10.000 metros cada una, nos dan un total de 240.000 metros cuadrados. Cualquiera que quiera meter dos millones de personas en 240.000 metros cuadrados, o hace un milagro o lo lleva claro. Y no es milagro pequeño, ni mucho menos: el milagro debe conseguir que en un metro cuadrado respiren 8.33 personas. La realidad es espectacular, de manera que no entiendo esa manía de estropearla con una mentira innecesaria o con una información incorrecta sobre los metros cuadrados ocupados por el acto. Por favor, seamos serios que algo no chuta.
Y para acabar con la sobredosis, otro misterio: ¿Cómo es posible que, si lo que hemos visto es verdad y se repite cada dos años, el occidente cristiano sea un espacio social tan deleznable, egoísta, corrupto y mezquino?¿Dónde se han perdido esas toneladas, millones de ellas, de ganas de ser mejores, más justos, más solidarios y hacer de esas vidas una constante ayuda  a los demás?  Una lástima y un hecho que debe preocupar a los responsables de gestionar ese inmenso patrimonio perdido: una incapacidad dolosa para conducir al rebaño del jefe.
Mas de uno se va a tener que poner las pilas si no quiere verse en el rincón.

sábado, 20 de agosto de 2011

Se avecinan malos tiempos

La historia es la que es y los represores han heredado el poder.
Algunos quieren borrar los siglos y eso es complicado, muy complicado.

Están cargando as pilas; reciben instrucciones actualizadas: se van a venir arriba, no hay duda. Su jefe les ha dicho, en varias ocasiones, que están perseguidos, acosados. Que reciban enormes cantidades de dinero público no cuenta ni importa, que les permitan hacer mangas y capirotes con la educación y con inmuebles, tampoco: lo que importa, lo que de verdad les molesta, es que no pueden controlar la totalidad de nuestras vidas.
Su jefe ha dicho muchas cosas, pero ellos sólo hacen caso a una pequeña parte, sólo pelean por ese terreno de libertad que se les escapa entre los dedos y que saben que no van a poder recuperar sin luchar hasta el final de sus fuerzas. La sociedad ha decidido aceptar la realidad de la homosexualidad, el aborto está regulado para que pueda ser considerado como una opción disponible para las mujeres que así lo quieran, la justicia persigue y desvela las aberraciones del clero rompiendo una antigua impunidad y la ciencia ha dejado de regirse por sus preceptos rechazando limitaciones intelectuales ajenas a la mejora de los conocimientos o limitaciones apriorísticas.
En los próximos meses los ateos volveremos a ser pieza de caza: nos acusarán de muchas cosas, incluso nos exigirán que demostremos la no existencia de Dios, que el jefe les ha recordado que la Iglesia y sus creencias son LA VERDAD, así, con mayúsculas y sin matiz ninguno.
Ser ateo, ser consecuente con aquello que la realidad nos muestra, aceptar que nuestras creencias pueden verse alteradas y modificadas por nuevos conocimientos sin trauma alguno, es una convicción que vamos a tener que defender con costes personales, pero eso no importa. La Iglesia lleva siglos ejerciendo un poder absoluto sobre mentes y cuerpos, ha acumulado poder temporal y espiritual pero somos muchos los que ya no tenemos miedo y les podemos decir con tranquilidad que no nos convencen sus mentiras, que lo que ellos llaman verdad no es más que un montón de mitos reciclados asimilados y un refrito de otras creencias y supersticiones con el que el decadente imperio romano intentó quitarse de en medio el problema religioso.
A diferencia de la conducta normal de la iglesia a lo largo de la historia, la sociedad actual actúa mediante la promulgación de leyes que se argumentan y discuten, que se votan y que responden a los deseos de la mayoría de la sociedad. Ellos reprimen las voces discrepantes, silencian y prohíben, imponen pensamientos y creencias y aumentan el índice de libros prohibidos, pero se auto atribuyen la condición las víctimas perseguidas a la vez que se esconden y eluden la confrontación leal. Quieren determinar la política desde fuera de la política, pretenden marcar las leyes del reino mientras niegan intereses terrenales.
Cada vez es más necesario que hagan caso a los mandatos de su jefe y se olviden del miedo, que den la cara y asuman las reglas de la democracia: tienen la obligación moral de crear un partido, hacer público su programa y ocupar el espacio público que los ciudadanos queramos que ocupen.
Se les hunde el negocio y lo saben: montan actos masivos buscando nuevos reclutas en nuevos mercados, pero la verdad les persigue: Desde los años 80, veinte seminarios han echado el cierre en España y otros tantos están a punto de hacerlo. (elmundo.es). La edad media de los sacerdotes españoles es de 67 años. El barco hace agua y lo saben, que perder el 24,3% de los seminaristas en cinco años es una hemorragia mortal a pesar de las transfusiones de Latinoamérica.
La libertad es perniciosa para la Iglesia y no saben como convivir con ella. Rouco hablaba de las raíces cristianas de España, pero hoy sólo el 13% de los que se dicen católicos y creyentes, asiste a misa. La Iglesia es una bestia que asiste inquieta al derrumbe de su fortaleza, cimentada en la imposición, el miedo y la represión.
Los ateos sabemos que nos han colocado en el punto de mira, que nos han declarado la guerra, pero también sabemos que tenemos una ventaja enorme sobre ellos: cuando sepamos con certeza que estamos equivocados, estaremos encantados de asumir esa nueva certeza y nuestra coherencia se verá reforzada; pero ellos no pueden aceptar la posibilidad de que su mundo se derrumbe, pues no serían nada.
Sus vestiduras, con todo su oro, son tan invisibles como el famoso vestido del emperador: están desnudos frente a la molesta razón y su desnudez es miserable. No son nada, pero hacen ruido, mucho ruido.

viernes, 19 de agosto de 2011

La justa medida

Sin comentario

Madrid ha sido entregada a la desmesura, no me cabe ninguna duda. Todo lo que se ha montado y organizado para estas JMJ se basa en ella, rebasa los límites de todo cuanto se puede considerar lógico. Puedo hacer el esfuerzo y ponerme en el lugar de aquellos que creen y que sienten la importancia del objetivo de estas jornadas, pero me declaro imposibilitado para comprender la razón de tanto exceso como estamos contemplando.
No me cabe duda en cuanto a peso que corifeos y hagiógrafos de este Papa, esos medios de comunicación que, por efecto de su ideología ultramontana, a las diferentes escenografías y espectáculos en detrimento del mensaje. He esperado, desde que leí el titular, comentarios sobre ese mensaje inmediato sobre la necesidad de que el hombre esté en el centro de la economía y de que el máximo beneficio no puede ser el motor económico. Hay que irse a las páginas del Universal o el Informador.com ambos mejicanos que recogen las palabras del Papa en el avión, para encontrar una reseña más o menos equilibrada con párrafos textuales sobre los que ha caído un silencio sepulcral: El hombre debe estar en el centro de la economía y la economía no debe medirse únicamente por la maximización de los beneficios, sino por el bien común Luego, una vez en tierra pasa a dar un auténtico soplamocos a nuestra clase política, a toda, con una dura referencia a la corrupción, incompatible con esa sociedad justa a la que aspira la juventud católica.  Por supuesto, los medios han silenciado las referencias a una economía justa para magnificar las referencias a la eutanasia y al aborto, bien sea apoyando a Benito o criticándolo, pero evitando análisis profundos.
Hace siglos que el hombre busca el equilibrio, llegando a otorgar a su búsqueda una naturaleza divina. En el mediterráneo esta búsqueda ha sido especialmente importante, hasta el punto que “La diosa Maat era la personificación de la justa medida para los egipcios. Bajo su responsabilidad estaba la medida política que permitía que todo fluyera equilibrada y armoniosamente. Pero los sabios egipcios pronto percibieron que ese equilibrio solo era sostenible si la medida exterior correspondía a la medida interior” (Leonardo Boff).
¿Hay alguien que, de verdad, crea que hay equilibrio en todo el despliegue realizado por la organización de estas JMJ? ¿No se habrá pretendido, una vez más, que el continente sea más importante que el contenido y que la exhibición de poderío se convierta en el auténtico mensaje? ¿Cómo pueden interpretarse estas dos partes, tan lejanas, como pertenecientes al mismo mundo? Personalmente, creo que la jerarquía eclesiástica tiene perfectamente claro que lo que interesa, lo verdaderamente importante, es mantener un lugar preeminente en los asuntos mundanos. El cristianismo es poder, es economía, es secular, desde el mismo momento en el , con el edicto de Milán, abre el camino para su posterior consagración como religión del estado romano, ni más ni menos. Por cierto, nota curiosa: Constantino fue bautizado “in articulo mortis” por un arriano, facción perdedora del famoso concilio de Nicea. (21 de Junio de 325, otra coincidencia que relaciona al cristianismo con el culto al sol romano, tanto en verano-San Juan- como en la Navidad.)
Otra cosa es que haya una amplísima base de personas implicadas en el seguimiento de unas ideas –lo que ellos llaman mensaje-que den ejemplo diario de esfuerzo, generosidad y bonhomía, pero hay que recordar, una vez más, que los mejores de entre ellos, suelen ser expulsados de ese cuerpo místico que permite sólo una voz sin discrepancias. Prueba de ello, lo que les ha dicho a los profesores universitarios: "la verdad siempre va a estar más allá de nuestro alcance. Podemos buscarla y acercarnos a ella, pero no podemos poseerla del todo". Si alguien piensa que eso significa libertad para buscar y pensar, va de rasca, que no la poseemos, pero predicamos la nuestra como única. Un pelo de contradicción, pero como soy el Papa, basta con que yo me aclare, que para eso soy el jefe.
Que nadie se engañe ni engañe al Papa: nadie, ni los suyos, hará ni puñetero caso a sus palabras y cada cual seguirá pensando y machacando lo que ya habitaba su cabeza, sus prejuicios y sus pocas ganas de pensar y analizar. De un país en el que alguien dijo eso de que “si el Papa se quiere condenar que se condene, pero nosotros seguiremos comulgando en ayunas” no podemos esperar mucho más.
De todas, formas, como dice el genial Mingote, “AL CIELO IREMOS LOS DE SIEMPRE”. Seguramente, así que más neurona, más compromiso, más coherencia, más solidaridad, menos farfolla y muchísima menos soberbia, que acaba por empachar a todos y defraudar a muchos.

jueves, 18 de agosto de 2011

La consagración de los pelotas


Benito XVI llega a Madrid y la caverna entra en el éxtasis de la adulación desmedida.
Espectacular, de verdad.
Como corresponde a una diatriba, corta, seca y con mucha mala baba: Ya ha llegado Benito XVI y ha hecho lo que se esperaba que hiciera, pedir a sus “chicos” que sean buenos y que cuidado con el demonio, el mundo y la carne. Debe ser que le ha llegado el efluvio hormonal de la tropa, muy alejado de la pretendida castidad.
Uno ha hecho su trabajo y los corifeos, los medios de la caverna, el ridículo. En un país que inventó eso de ser más papista que el Papa, los de Telemadrid y los de Intereconomía se han dedicado a babear  buscando el elogio más absurdo, más lleno de falsedad y más imposible.
De un carcamal seco, lejano, rígido, arcaico en fondo y forma, se han inventado a una especie de coleguilla cercano, gracioso, cordial, simpático, improvisador y dotado de un especial don de gentes. No se han cortado ni un pelo, de verdad.
En cuanto a los bien educados peregrinos que han arrasado jardines, parterres y demás zonas verdes de Madrid, no os preocupéis, que es un efecto óptico: los peregrinos, gentes guapas, educadas y espirituales, levitan sin tocar el suelo, derraman generosas dádivas en los comercios locales y sus cuerpos no secretan otra cosa que no sea esencia de santidad.
Del uso de tópicos, poca cosa salvo la vergüenza, que no se han dejado casi ninguno: Zarzuela casposa, caballos con morenas a la grupa y los nietos enchufados del señorito andaluz ofreciendo el regalito de rigor; y todo eso sin olvidarse de la tuna y del latín preconciliar, que la cabra tira al monte.
¿Alguien da más? Luego se quejan de que no les llamemos carcas. ¡Hay que joderse!