Pues yo creo que, como el futuro se lo curre como se ha currado el pasado, lo llevamos claro.
Alguna vez he dejado clara mi admiración por la forma en la que Vargas Llosa escribe y manifiesta ideas y opiniones con las que no estoy de acuerdo pero que suponen un placer, tanto por la forma en la que están expuestas, como por el enorme respeto y limpieza democrática con la que se desarrollan.
El comentario de hoy viene provocado por el artículo de ayer domingo en El País, cuya lectura recomiendo encarecidamente y que, según mi experiencia personal en Latinoamérica, deja ver muchas cosas, quizás demasiadas.
Concedo que, hoy por hoy, la cultura que apoya y lleva a la conclusión de la inexistencia de dios es quizás demasiado lejana, pero me cuesta y me rechina esa idea de que la sociedad sin dios deba ser, necesariamente, un caos de falta de responsabilidad tal como él asegura: “...si una rica vida espiritual no florece en su seno como un antídoto permanente a las fuerzas destructivas, disociadoras y anárquicas que suelen guiar la conducta individual cuando el ser humano se siente libre de toda responsabilidad.” Hace mucho que no creo que la religión aporte más que la ética personal y que somos muchos los que creemos, sin recurrir a religión alguna, que es mejor ser buena gente que nos serlo; algo mucho más ligado a la sensatez y a la normalidad de un ambiente en el que se transmiten esos valores universales que a otra cosa. De hecho, las estadísticas sobra la población reclusa de USA demuestran lo contrario, con un ínfimo porcentaje de ateos con respecto un alto porcentaje de creyentes y practicantes. Los unos, muy por debajo de lo que correspondería en la calle y los segundos, muy por encima. (Cito de memoria la idea de Richard Dawkins, pero ahora mismo no tengo la fuente exacta a mano)
La segunda cuestión que me gustaría comentar es la relativa a la necesidad de vida eterna unida a cierta condescendencia con respecto a los creyentes. Tras explicar que el hombre siente una necesidad de trascendencia que no satisfacen ni la filosofía ni las ciencias, asegura que “...la idea de la extinción definitiva seguirá siendo intolerable para el ser humano común y corriente, que seguirá encontrando en la fe aquella esperanza de una supervivencia más allá de la muerte a la que nunca ha podido renunciar.” Y es aquí donde ya no compro más, pues lo que destila la cosa es algo muy semejante a la soberbia con la que el superior concede, a sus inferiores, la posibilidad de divertirse con juegos de niños o, como él mismo califica, “con la forma más elevada de superstición”.
Bueno, mientras no podamos mantener la política al margen, dejemos que los inferiores se queden tranquilos y bien domesticados con sus juguetes antes de que les de por ser malos y montar un follón que se les vaya de las manos.
Karl Marx dijo aquello de la religión y el opio del pueblo y lo que Vargas Llosa dice se parece mucho, pero en lugar de querer quitar esa especie de “bozal”, Vargas Llosa lo ve adecuado para mantener el orden. Y si no, leamos el final del artículo: “Creyentes y no creyentes debemos alegrarnos por eso de lo ocurrido en Madrid en estos días en que Dios parecía existir, el catolicismo ser la religión única y verdadera, y todos como buenos chicos marchábamos de la mano del Santo Padre hacia el reino de los cielos.”
La verdad, me suena un poco a coña y rechifla: los superiores sabemos que todo es una representación, pero como eso no nos va mal y nos iría mucho peor de otra manera, dejemos que las cosas sigan así y que cada uno salga del error como mejor le parezca. Hombre, un poco cínico ya parece, ya.
En fin, un gusto discrepar de alguien tan formal y formalista.
Està claro, la buena persona no necesita ser catòlica, musulmana ni de otras religiones, es mas, para mi son sectas unas con mas creyentes queotras, y la fanfarria que montan, todavìa me convence mas de ello,la mayorìa de gente buena que conozco no son practicantes xde ninguna religiòn.
ResponderEliminarFdo. Claudia Iraola Riera
Nadia está en posesión de la verdad absoluta y lo que sí creo es que nadie puede sntirse suprior por defender y seguir una conducta alejada de la religión y de Dios. La Fé es una cuestión muy personal´- - no un salvoconducto - que conduce,si la creencia es sincera,a ser buena persoa que es lo que importa.
ResponderEliminara.m.
a.m.
siempre he pensado que la religión es una carga en este mundo. por lo general la gente ultra religiosa en vez de ser ultra buenos no son otra cosa que gente peligrosa.
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