¿No suena un poco rarito el asunto? ¿No es un poco sadomaso?
Yo no digo nada, pero estas cosas se encuentran más a gusto en los libros de psiquiatría que en la calles...
Con esta frase, según la leyenda, iniciaba Fray Luis de león su primera clase tras cinco añitos de condena, silencio y cárcel. No es mal “cicerone” para navegar por los miles y miles de páginas dedicadas a la celebración de las Jornadas Mundiales de la Juventud, que hacerlo físicamente en un Madrid tomado al asalto por una muchedumbre de adolescentes exaltados por el ansia de santidad, es una quimera. Agarrados a las guitarras y tarareando canciones de fuego de campamento, miles de peregrinos sin un euro en el bolsillo pero con mucha hormona luchando por manifestarse, hacen turismo por Madrid luciendo camisetas y dejándose la garganta vitoreando a Benito XVI, al que esperan dentro de un par de días.
No es de extrañar que, con la que está cayendo, el hombre retroceda y mire hacia atrás para volver a encontrar falsas explicaciones en lugar de ponerse manos a la obra para arreglar este desastre, que siempre es más fácil mirar “parriba” y esperar a que alguien haga lo que nosotros no sabemos hacer. Hay mucha crisis, pero hay muchos que de la crisis saben hacer negocio y aumentar clientela, que la desgracia de unos siempre ha supuesto la bienaventuranza de otros. La jerarquía de Rouco y compañía sabrá sacarle partido a la visita, como ha sabido sacarle partido a la presencia de tanto imberbe que, en lugar de esforzarse por entender y comprender la realidad, pierde el tiempo asumiendo una quimera indemostrable: mucha carne de cañón para que el negocio lo hagan otros.
Me asombra que mantengamos la falsedad por encima de lo real; me parece mentira que el hombre siga la esquiva senda de lo irreal en lugar de asumir la realidad tal cual es y con esa base, intentar mejorarla. ¿Hace falta creer en alguna religión para ser buena persona? Sinceramente, creo que no y lo que es más, aseguro que es mejor el que es buena gente, sin esperar beneficio o castigo alguno por cumplir o no cumplir preceptos o mandamientos inventados, que aquél que actúa en función de obtener algo o evitar el castigo. Encuentro mucho más valor y mucha más ética en el que se comporta de forma solidaria, justa y honrada porque simplemente cree que es bueno hacerlo, que en el que se comporta de la misma manera llevando debes y haberes para enseñar en no se que momento. En fin, cada loco con su tema.
En cuanto a las cuestiones más terrenales, parece que el absurdo se ha instalado en los discursos y razonamientos, así como en las actuaciones del regidor de la Villa y Corte, empeñado en que sus ciudadanos, impulsados por tan elevados ideales místicos que recorren los corazones de todos, leviten gozosos sobre el pavimento sin necesidad de coches. De otra forma no se entiende que sea posible vivir en Madrid, ciudad en la que se han cortado las principales vías (los dueños de los Hoteles de Gran Vía y Centro, encantados de ver pasar andando los millones de peregrinos a los que no hospedan en sus habitaciones vacías porque sus clientes normales no pueden llegar hasta la recepción gracias a los cortes de tráfico) y en la que tampoco se puede aparcar en casi ningún sitio, por lejano que esté de los lugares de tumulto. Por una vez que los de Bernabéu se libraban de algo, al alcalde le ha dado cosa que se sintieran excluidos y les ha prohibido aparcar, para que no pierdan las buenas costumbres.
En fin, veremos lo que Rouco nos cuenta esta tarde, que a las 20 00 comienza el fuego real y me imagino que aprovechará la ocasión para llorar amargamente por la inclemente persecución a la que se ve sometida la Iglesia en España. Cosas de los comecuras socialistas, que son malos; pero malos de verdad.
Nos van a dar “pal pelo”, por herejes, descreídos y librepensadores; eso si, nos darán por nuestro bien, que fuera de la Iglesia, no hay salvación. Y eso, a pesar de las extrañas y oscuras tendencias expuestas con detalle en el cartel de la foto, que él solito se merece un monográfico.
Si es que no me entero...
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