Antes, envolvían el pescado y hoy crean, cada día,
la realidad que no existe.
Vivir el momento, exprimir el segundo, la realidad sin pasado ni futuro, la vida “express”, solo el ahora cuenta. Dos frases más atrás, dos horas o dos días, el vacío, el reino oscuro en el que nada cuenta ni se puede recuperar. La memoria es flaca y los intereses muchos, que la realidad se construye de instantes inconexos; la realidad es enemiga del tiempo.
¿Que ha pasado? Nada especial, pero todo apunta al mismo camino; los juicios populares basados en titulares manipulados e interesados, vidas e imperios elevados y destruidos por esas bombas de tinta, por esas imágenes emitidas en las noticias, por esas informaciones sin espoleta retardada que nos lo dan todo pensado como ellos quieren.
No lo defiendo, que la biografía del caballero es la que es y basta para mandarlo a galeras, pero el caso de Dominique Strauss-Kahn ilustra perfectamente lo que digo: ya no cuenta la verdad, cuenta su conseguida destrucción; está muerto, destruido, acabado. Todo indica que le prepararon una encerrona y que los medios de comunicación hicieron el resto. Su actual libertad no cambia nada, sigue muerto y en dos días más, olvidado. ¿Más ejemplos? Cientos, pero es inútil seguir: se habrían olvidado en el siguiente párrafo.
¿Cómo se podrían explicar tantas cosas si lo que digo no fuera verdad? ¿Cómo podrían políticos e instituciones seguir actuando si tuviéramos un mínimo de memoria? Hacer la prueba y veréis que, además, la amnesia es selectiva e interesada: de los que somos afines no recordamos lo malo y viceversa, pero es que además, lo peor está por llegar: el conocimiento y la demostración de la realidad, no basta para que la gente acepte sus errores y equivocaciones.
Borrachera inmediata, la verdad vive ahora mismo y mañana estará muerta, alcohol inhalado directamente a los pulmones, muerte súbita; una realidad compuesta de instantes inconexos sin historia: el sueño del fascismo.
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