Leo que el 50% de los jóvenes no saben quien es Jesucristo y
son números que maneja la propia Iglesia, que suele negar la realidad con una
tozudez digna de mejor causa. Dice Mnilla que hay esperanza en las labores
misioneras en España pues “es imposible conocer a Cristo y no seguirle”.
Vayamos por partes, que creo que la cuestión lo merece.
Primero, que el 50% de los jóvenes no sepa quien es Jesucristo, Buda o Mahoma
pone de manifiesto un grado de incultura inadmisible. Una cosa es no creer y
otra desconocer lo que forma parte intrínseca de tu propia cultura y de tu
esencia social, que lo primero es lícito y lo segundo un desastre colosal para
el individuo. Si es verdad, y lo pongo en duda, la esperanza para que por fin
se avance con el laicismo viene de la mano de esa “bendita” incultura que
expulsará a la iglesia y a las religiones de la vida pública española. ¿Será
verdad que dios escribe derecho con renglones torcidos? Curioso.
De la segunda afirmación solo es posible discrepar
radicalmente: conocer lo que la Iglesia nos cuenta de Jesús e investigar un
poco es sinónimo de rechazo, de indignación y de posicionamiento contrario. Lo
que la Iglesia ha querido que sea Jesús es un refrito de testamentos tardíos,
fuentes no fiables, manipulación histórica y política y mucho interés,
demasiado interés en fabricar un cuerpo doctrinal asumible por el poder y con
el que asegurar la unidad política de un imperio que lo necesitaba.
Sr. Munilla: el aparato de la Iglesia, y Vd. Es parte de ese
aparato, conseguirá perder lo poco que queda y en unas cuantas décadas, la
práctica diaria del catolicismo será poco menos que un vago recuerdo. Sigan por
ese camino y entre los asnos que no lo conocen y los que salgan huyendo de los
pederastas, cínicos, interesados y manipuladores que se refugian en sus
estructuras inmovilistas, el laicismo acabará consagrado como la única opción
sensata para nuestra sociedad.
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