Acuerdo imposible

¿Os suena de algo?

Hace un par de días que un amigo y maestro uruguayo, viejo periodista de escuela –no digo vieja porque la excelencia no tiene edad y aquella escuela fue, y sigue siendo, excelente – decía que “si dos uruguayos están de acuerdo en algo, uno de ellos malinterpretó”, recogiendo un dicho popular de aquella bendita tierra.

Bueno, pues en esta España de cantones, guerrilleros, separatismos, personalismos y egoísmos desatados, parece que el PP, por fin, ha puesto a todo el mundo de acuerdo y ha logrado unanimidades históricas. Toda la sanidad, toda y por primera vez, es un cuerpo unido contra el plan de privatizaciones; toda la universidad, toda la docencia, toda la investigación, todo el mundo resumiendo clama contra este gobierno de preparadísimos incompetentes.

Miremos donde miremos este gobierno une como una argamasa mágica hasta a las 17 asociaciones judiciales, las mismas que se odian hace décadas y que no se pueden ni ver. Bueno, pues lo que no ha conseguido la acumulación de sucios legajos y el mantenimiento de procesos y sistemas del siglo XVIII, lo ha conseguido Gallardón en dos patadas. Toda la justicia, a una, se levanta contra el ministro.

Por si eso fuera poco, este gobierno acabará –sueño imperial –provocando una trifulca de las más gordas –la gorda ya la liado – con el reino Unido a costa de Gibraltar. La cosa sube de tono y si nos acordamos de la eficacia del que está de embajador, la cosa puede acabar  de cualquier manera sin que Trillo se dé por aludido, que ese nunca sabe nada.

Decían que en plana crisis, Suárez y Gutiérrez mellado trabajaban de madrugada cuando el militar le preguntó al presidente. “Oye Adolfo: además del rey, tu y yo, ¿Quién más nos apoya?”. Años después, cualquier día de estos, las mismas paredes oirán un diálogo semejante entre Rajoy y Soralla pero no a las mismas horas, que aquellos trabajaban y Rajoy refuerza su imagen de indolencia día a día, no vaya a ser que se pierdan las buenas costumbres y le fútbol deje de ser prioritario en este país, que entonces sí que la cosa acabaría fatal.