El hombre lleva milenios superando el miedo al triunfo de la
oscuridad sobre la luz haciendo sacrificios y homenajes al solsticio de
invierno. Hace milenios alguien supo observar y predecir y se dio cuenta de que
el sol no huiría de nuestras vidas, que la noche no triunfaría y que el sol
volvería a calentarnos; que la luz de cada día se alargaría en lugar de seguir
huyendo de nuestro mundo.
Es el solsticio de invierno, el punto en el que depositamos
nuestras esperanzas en el esa luz que vuelve, en el calor del sol renacido;
esperanzas de un tiempo nuevo que debe ser mejor, que necesitamos que sea
mejor.
Hoy, especialmente hoy, especialmente en el momento en el
que hace falta tener esperanza en los nuevos tiempos que traerán esperanza a
los amigos que andan necesitando que la suerte vuelva la esquina, os deseo a
todos que el nuevo tiempo sea propicio a todos
los que hoy piensan que la luz ha
huido de sus vidas sin creer que la luz reinará de nuevo sobre el mundo.
Seguir la luz, no os canséis
nunca de buscar la luz que tanta falta hace.
Esto lo escribí hace años, pero creo que sigue vigente:
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