Este año, en teoría lleno de probabilidades de incendios forestales, tenemos muy pocos. Creo que hoy ha sido noticia uno, pero a estas alturas otros años las hectáreas calcinadas se contaban por miles.
El año pasado tampoco fueron muchos. ¿Alguien ha hecho la correlación entre los años de bonanza económica y actividad inmobiliaria y los incendios? ¿Alguien ha medido la bajada de esa lacra cuando hay crisis?
Me dirán misa, me contarán historias, pero está absolutamente claro: el monte se quema porque se quiere construir y urbanizar. La naturaleza no rinde –o no hemos sabido hacer negocio con ella – así que a quemar bosques y a construir chalets, que eso si da una pasta, o daba, que la cosa sigue chunga.
Moraleja: si quieres que el monte no se queme, no dejes que los que lo queman hagan negocio. Es simple, pero parece que eficaz. En cuanto vuelva a moverse el dinero, los especuladores volverán a la carga. Tiempo al tiempo.
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