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martes, 10 de agosto de 2010

Etología humana

Los componentes del propuesto género Hominidae. ¿Que compartimos y que hemos olvidado?
La entrada de ayer, que pretendía ser distendida y algo humorística, ha generado un comentario sobre el comportamiento del hombre que me sugiere la necesidad de hablar sobre la etología humana para poner encima de la mesa varias cuestiones abiertas. Lo primero que diré es que todo lo que voy a comentar es cosecha propia y nace de reflexiones no probadas, razón que me impide cerrar una teoría de forma académica y ortodoxa. Así pues, acepto que será tan válida o falsa como cualquier otra teoría que pueda emitirse confrontando mis tonterías.
Dicho esto, y recordando lo visto en varios cientos de documentales sobre comportamiento animal, me intriga mucho el camino seguido por nuestra especie cuando tuvo que elegir entre seguir la senda del chimpancé y sus sangrientas patrullas fronterizas en las que se dan violencia y asesinato o la seguida por su primo cercano, el bonobo y su plácido comportamiento social regido por una sexualidad multifuncional que todo lo soluciona y arregla.
Soy de la creencia que la evolución determina tanto nuestra anatomía como ciertas pautas de comportamiento que se han demostrado eficaces a la hora de preservar los avances y ventajas competitivas de la especie, y este punto es particularmente desconcertante: nuestra especie ha sido muy inteligente al poner en marcha comportamientos –muchas veces exigidos por la anatomía – claramente contrarios a los que ahora se han entronizado como modelo social a imitar.
Nuestro desarrollo es lento y las exigencias nutricionales de nuestro cerebro son muy altas, aspectos que requieren tanto un grupo cohesionado y eficaz que controle las fuentes de alimento como un funcionamiento social que permita esperar un largo periodo de tiempo la madurez sexual y reproductiva de cada individuo. Esto habla de una organización social muy estable y que según los registros fósiles, era solidaria y cuidaba de individuos enfermos y discapacitados, lo que asegura la valoración del intelecto al mismo nivel que la capacidad física.
Por otra parte, nuestras hembras son de las pocas que mantienen su vida más allá –bastante más allá – de su etapa de fertilidad, lo que implica, igualmente, una funcionalidad que trasciende a la mera reproducción de la especie. Se ha especulado con la ayuda a las hembras fértiles en el cuidado de la prole, transmisión de conocimientos etc, pero el hecho es que el grupo humano mantiene ancianos y miembros físicamente mermados, lo cual establece, en definitiva, un patrón social solidario que prima la cohesión y fortaleza del grupo por encima de la capacitación individual.
Mi impresión/conclusión es que nuestra especie nos empuja hacia la necesidad de incrementar o mantener la fortaleza del grupo, pero que esa misma capacidad social y su exigencia nos impide, muchas veces, ampliar la idea de grupo al conjunto de la especie, dando lugar a comportamientos aberrantes en la identificación del enemigo, peligro o agresión. Nuestros patrones parecen ser suficientes para la familia, la tribu y, como mucho, el clan, pero más allá entramos en un terreno conceptualmente resbaladizo para los patrones evolutivos.
Eso en cuanto a las raíces evolutivas, pero es que esa misma evolución se puso, entera, al servicio del desarrollo de una ventaja competitiva que, ahora, se ha olvidado de la herramienta que la hizo grande: la inteligencia. Esa inteligencia, valor puramente individual, se vuelve contra sus raíces generadoras y se auto reivindica por encima de la vida grupo. Es, en ese momento, cuando el ambiente de seguridad generado por los valores del grupo, permite que un sólo individuo traicione el objetivo común y coloque el interés propio por encima del general y desarrolle lo peor de los comportamientos humanos.
Al igual que el fascismo precisa de la democracia para ver la luz; el egoísmo, la avaricia, la mentira y el engaño precisan de un ambiente estable que no exija al individuo la constante abnegación de sus intereses para la pervivencia del grupo. Ante una amenaza constante, ante el hambre y la necesidad, un miembro que obrara de forma contraria a lo que la supervivencia del grupo precisa, sería erradicado de forma inmediata.
Conclusión: las peores y más aberrantes formas de comportamiento humano, precisan del triunfo de la especie sobre el medio utilizando valores contrarios a los exhibidos en esas conductas aberrantes (que lo son, precisamente, por violar la etología de la especie).
Siento que la conclusión no acepte demasiada alegría o una visión distendida, pero creo firmemente que lo mejor del ser humano –y lo peor – se produce cuando tiene que responder a una situación de crisis absoluta. Es entonces cuando podemos ver la confrontación de los dos modelos expuestos: el original y solidario que se sacrifica por el grupo y el perverso que busca sólo el beneficio propio a costa de la supervivencia del colectivo. Hubo un tiempo en el que los diferentes depredadores demostraban constantemente que el individuo, por si solo, no era viable, pero hoy no tenemos leones cercanos que se coman a los modernos tiburones. Lástima.

6 comentarios:

  1. Joder. lo he leido. dos veces y me siguen quedando dudas.
    Tambien como es lógico de mi cosecha, hay constantes evolutivas, sociales y sicológicas. Malvados que se aprovechan de las oportunidades que ofrecen los distintos "pactos sociales" para hacer posible el funcionamiento de la sociedad-como grupo territorial- los hay desde que existe el conocimiento histórico- Comportamientos solidarias o insolidarios, igual. Da igual que sea en la sociedad del Código de Hanmurabi, que la legislación actual Finlandesa, Si van cambiendo creo yo´, muy lentamente, los códigos sociales o rererentes de valores, de acuerdo con una sociedad más solidaria, más libre, más de reconocimiento de la individualidad, especialmente cuando el sistema económico lo permite-hay riqueza y posibilidad de redistribución para todos- Si hay crisis expulsa a los que no son de la "tribu", extranjeros, emigrantes...y si la crisis sigue a los más débiles social, cultural y economicamente- Otro fenomeno a estudiar, es porque la decadencia del papel de la religion en las sociedades más satisfechas, y el papel cada día mas preocupante hasta llegar al fanatismo de la religion, en las sociedades menos avanzadas.
    Otra obsesión mia ¿porque la sociedad cada día es más permisiva o comprensiva con comportamientos antisociales-siempre y cuando no me perjudiquen a mi- o yo pueda tenerlos "sin castigo social- ..llámese, clientelismo, enchufismo, obstentación obscena de riqueza, defraudación a hacienda, corruptelas políticas, explotación de brutal del territorioa, especulación por especulación, trampas en el trabajo, absentismo, estafas en negocios, incumplimiento de compromisos...y un larguísimo etc que hacen que muchas veces cuando vemos un trabajo solidario, ecologico...etc oscilamos entre la admiración como si estuviesen fuera de lo normal o el calificativo de locos o gilipoyas.
    En fin creo que he terminado hablando de otra cosa distinta a lo que tu exponias, pero en fin cada uno tiene sus fantasmas
    J L gaytan

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  2. Parece que la cosa se hace compleja, así que voy a intentar colocar la cosa en el contexto exacto: la escala temporal de la evolución se traza en millones de años y en esa escala, los últimos 10000 añoas del hombre, la época de asentamiento agrícola, es un suspiro que no puede modificar nada con estabilidad, pero si generar distorsiones del comportamiento individual.
    Los asentamientos, es decir, el control del territorio y los suministros alimenticios, dieron lugar a una superpoblación para la que no teníamos, ni tenemos, armas evolutivas que mantengan los mismos patrones conductuales que nos hicieron triunfar como especie. Como tenemos territorio y comida, la horda aumenta y soporta comportamientos que en una situación más extrema, no podría soportar.
    El tiempo es distinto y la escala también, de forma que nuestras raices animales buscan un sustrato que ahora no es válido.
    J Tranbel

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  3. Interesante, aunque la conclusión es bastante obvia. Recuerdo una película que trataba este tema: un grupo de personas quedan atrapadas en el desierto en el que solo hay un pozo de agua a compartir además con una manada de gibones. Uno de los miembros trata de eliminar al resto para poseer el pozo (lastima no recordar el título; tal vez usted lo conozca).
    Ahora bien lo realmente importante es averiguar que mecanismos físicos, químicos y/o psicológicos determinan que unos individuos opten por un comportamiento u otro, y si el comportamiento social egoista es necesario para la supervivencia del individuo o del grupo. Si dispusieramos de estos datos nos sería más fácil elegir a nuestros líderes y cuales son los más adecuados para enfrentarse a un problema determinado.
    Como anecdota le digo que pienso que el presidente de España actua de ese modo egoista para asegurarse una pensión vitalicia aúnque con ello perjudique al resto del grupo.
    Un saludo.

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  4. Ramón: gracias por tu aportación, aunque la personalización creo que sería más interesante si relacionara poder político con la sustitución de la herencia o permanencia genética: la posibilidad de dejar "huella social". De verdad creo que los líderes se mueven, en su gran mayoría, motivados por SU idea, no por el dinero. La verdadera ambición económica tiene sus entornos muy bien definidos y favorece mucho al que acepta las reglas, que para eso no hay problema. Nunca un ex presidente tiene problemas. Los problemas son para la clase de tropa que se queda colgada de la brocha y esa si, esa sí tiene mucho peligro cuando puede meter mano a la caja. Filesas, Gurtels, Palaus etc...dan buen testimonio de eso.
    J.Tranbel

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  5. el cambio empieza por uno mismo

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