Pasaron las europeas y andan los dos pesos pesados como boxeadores sonados que no saben de dónde le llegan los golpes. Mientras que el PSOE ha decidido quemarse a lo bonzo sin saber muy bien si usar gasolina, alcohol o queroseno, el PP no se da por aludido y pide a su ex-votantes que se lo piensen y tengan paciencia. Estos chicos no se han enterado de nada y ya son mayorcitos como para darse cuenta de las cosas, digo yo.
Los dos partidos han perdido votantes a chorros y eso que, en el caso del PP, no es que voten, es que forman a toque de corneta, mientras que los del PSOE le hacen ascos a todo y enseguida le ponen los cuernos con cualquiera. El problema de los dos, esos dos que luchan contra el mundo y el signo de los tiempos, es que nos tienen hartos y muy hasta las cejas de taparse las vergüenzas mutuamente.
Ambos están podridos hasta los tuétanos de corrupción, clientelismo, ineficacia y "nomenklatura", la misma que ahora mismo está tratando de que en el PSOE nada cambie y de que la cosa se solucione con la salida de Rubalcaba y la permanencia del aparato.
Señores: o limpian de mierda hasta los últimos rincones y exigen eficacia y honradez a sus cargos, o cesen por jodidos, que los que nos hemos ido no volveremos. Personalmente, negaré siempre mi voto a cualquier partido que se presente con imputados y procesados protegidos por sus siglas, así de simple.
Y me parece que ni soy, ni seré el último.
A espabilar, que hay mucho trabajo pendiente y mucha escoba guardada esperando barrerlo todo.
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