RTVE es un “ente”, un engendro herido de muerte que camina hacia el abismo de la autodestrucción. Negligencia, chalaneo, inercia y mucha dejadez, junto con el desmedido afán político de gestionar a su favor la audiencia de sus canales, han concluido con una situación insostenible.
La solución, cómo no, no pasa por hacerlo bien, que eso cuesta y no está la cosa para ponerse a picar piedra, no: la solución se llama Telefónica, salvavidas de urgencia a la que quieren colocar el muerto lo antes posible. El PP salió elegido para gestionar la cosa pública, pero es sabido que eso le da alergia y sólo pensarlo les produce urticaria. Desde su punto de vista, lo único que hay que hacer con lo público es entregarlo, atado de pies y manos, a la gestión privada y que allá se las compongan los accionistas. Bueno, si la cosa sale muy mal, siempre se habrá pactado un rescate, como en las autopistas.
La última confirmación sobre el destino final de este “ente” hipertrofiado y anodino viene determinada por la adquisición de los derechos de “la Roja” para los próximos años y eso, sólo tiene explicación si lo que de verdad se prepara es darle el famoso “pase” a la única empresa capaz de comerse el marrón: telefónica.
Como ejemplo de brillante gestión podemos tomar la próxima final de la Copa de Europa de fútbol: más de 100 personas en Lisboa, incluidos los imprescindible directivos –se dice que más de 20 – pues todos sabemos que sin ellos, no se puede producir en condiciones.
¡Como el modelo sea el mismo que el que se ha usado para las motos, estos son capaces hasta de cargarse el futbol, lo que nadie a conseguido!
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