Las esclavas, detenidas.
Los negreros, haciendo dinero.
Hace dias que me ronda la cabeza la necesidad de hablar sobre las ultimas noticias aparecidas sobre la prostitución femenina y la esclavitud espantosas en la que permanecen miles, repito, miles de mujeres secuestradas, raptadas, golpeadas, drogadas y vejadas para mantener un negocio oscuro, tétrico y deleznable que se mantiene gracias a la bajeza moral de los machos.
Aquel que paga por sexo y es capaz de mirar hacia otro lado es un cómplice necesario y oscuro para un negocio que se basa en el horror.
La prensa dulcifica la cuestión, pero los datos son tan escandalosos que deberían bastar para hacer de esta cuestión algo prioritario en los gobiernos del mundo. Lejos de eso, todos miran hacia otro lado o, lo que es peor, desean que les inviten a una sesión de bunga-bunga de Berlusconi.
El ser humano sigue despreciando y vejando a la mitad de su población a la que considera no humana. La cosa sigue estando fatal.
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