Mariano rodeado de su ángeles
Introito: La cosa degenera hasta tal punto que ahora hago de negro para las peregrinas ideas de aquellos amigos que, considerándose geniales en la apreciación de la realidad política y social, estiman su tiempo en demasía pero tienen a bien “regalarme” notas para que yo, escaso de intelecto y brillantez, pueda dar lustre a mi blog con sus elevados pensamientos. Si la cosa no os gusta, ya sabéis que es culpa suya ¡Manda cojones!
Los que añoramos peinar canas en nuestra brillante calva, recordamos la serie de Los Ángeles de Charlie –precursora de la película del mismo nombre – y somos capaces de ver ciertas similitudes entre el ausente Charlie y el actual Mariano, ambos ignotos y ocultos en las profundidades de las comunicaciones impersonales.
Charlie usaba de los antiguos magnetófonos para dar a conocer sus planes a las tres chicas que se esforzaban denodadamente por cumplir su santa voluntad. Hoy, Mariano nos lanza a sus tres angelitos- Cospedal, Mato y la ubicua y nunca bien ponderada Soraya –para que sean ellas las que hagan temblar nuestras carnes con las profecías del apocalipsis recortado.
Es verdad que a Mariano, al que nunca fallan sus ángeles, le falla el sistema y de vez en cuando, una vez desde la investidura, no tiene más remedio que dejarse ver por el Congreso y nos hace la gracia de hablar para no decir nada.
Este hombre tiene la virtud del silencio y la quietud de forma parecida a la virtud encarnada en los toreros que nunca descomponen la figura. Habla poco y delega mucho y bien, aunque uno se pregunta si lo suyo es delegar o pasar el marrón hacia la clase de tropa que nunca pensará mal de tan idolatrado jefe.
Este gobierno ha dejado en manos de los jueces la renovación del CGPJ, de la Armada la designación del Jefe del Estado Mayor de la Defensa y así con varios estamentos más, dando cumplida muestra de su absoluta confianza en que cualquiera hará el trabajo sin que Mariano tenga que despeinarse.
Angelical figura la de este Presidente de gobierno que más que sufrir el síndrome de la Moncloa, acabará convirtiendo a la Moncloa en un retiro silencioso de paz y quietud ajeno a los ritmos impuestos por la modernidad. ¿Alguien puede estar en contra del que ha conseguido el sueño de todo buen empleado y vive el sueño de poder echarle la culpa de todo a todos menos a él mismo? Este tío es un genio rodeado de ángeles …tenebrosos.
Espero que mis negreros hayan quedado satisfechos con su negro y si no...que se lo curren ellos.
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