No hay marcha atrás

No tiene nada que ver, pero la frase es de aurora boreal. 

Y todavía hay quien defiende que la Iglesia puede hablar de ciencia.

Dicen, quien de eso deben saber, que no es descartable que al papa le peguen un tiro aquellos  -la mafia – que ven peligrar la estructura de su negocio, pero es igual. Francisco –como dice mi amigo Curro – le ha hecho un favor impagable  a la Iglesia y al negocio. No ha cambiado nada, todo permanece pero el marketing es perfecto. En lugar de oros, pieles y sombreros del siglo XV, sencillez, modestia, coches normalitos sin escolta y alrededor, y de momento, nada ha cambiado.

Un solo hombre, un hombre solo, nada puede contra la esencia, pero ha cambiado y maquillado la fachada para que, como decía el gatopardo, todo cambie para que todo siga igual. Lo malo – o lo bueno, según se mire – es que la eliminación de este hombre solo dejaría a la Iglesia de los de siempre ante los caballos de una marea de cambio que ya no contaría con tan sabio conductor.

Francisco ha hecho y ha dicho cosas que cualquiera con dos dedos de frente piensa y hace, si es que puede. Ahora empieza su verdadero reto, el partido de verdad  y repito tema por un hecho que me escama: se ha retirado la famosa entrevista de la web del vaticano.

Puede que no sea nada y puede que sea el signo de que los de siempre, replegados y a la espera del tiempo que tanto les ayuda siempre, vuelven a sentirse cómodos y poderosos. “Qui viva verra” (Quien viva, verá) , que decían aquellos que hablaban en latín, pero me temo que los próximos meses  van a ser un recorrido por valles y cumbres, por no decir una merienda de negros o una manita de leches.

Sea lo que sea, que sea divertido y ayude un poco a aquellas que más lo necesitan, que a  mí el resto me importa poco.