Reformas

Relaxing "auto de fe en Plaza Mayor"

El PP incide en las reformas, cambia la normativa que regula nuestra convivencia y nos quiere entregar a los sicarios del ministerio del interior atados de pies y manos, quiere regular el derecho de huelga mediante una ley y Gallardón sigue con su ley del aborto en la nevera, listo para dar el golpe ciando menos lo esperemos.

El PP gobierna y lo hace retrocediendo en el tiempo para llevarnos a una sociedad decimonónica, que es el momento de la historia en la que, según ellos, España mantenía las esencias y todo funcionaba como dios manda. El PP nos tiene a muchos hasta más allá de las narices y sin embargo, las calles permanecen tranquilas y en calma, algo que cada día me asombra más.

Entre la crisis y los que la cabalgan para segar cabezas como si fueran húsares o miembros de la brigada ligera en plena fiesta, cuando queramos darnos cuenta estaremos calentándonos al amor de las llamas de un auto de fe en la Plaza Mayor mientras la Botella se relaja tomando un café y viendo como los herejes se churruscan como está mandado.

No están reformando nada: están arrasando el edificio social de un estado que, gracias a las libertades de la democracia, ha crecido y se ha modernizado como nunca en su historia. Hacen falta reformas, muchas y muy urgentes, pero hacen falta allí donde el PP no quiere ni mirar: en la corrupción de los partidos y las instituciones; en el blindaje de las instituciones para que no sigan putrefactas  al servicio de intereses partidistas; hace falta que la Constitución evolucione y el hecho de que no se aborde ese tema es signo de que, por lo menos, son conscientes -todos ellos - de que no tienen la altura política necesaria para abordar esa tarea: el fracaso les aguarda sin duda ninguna.

No nos engañemos: el PP no hace reformas, hace voladuras sin control mientras sus amos piden más, siempre pedirán más, hasta que tengan nuestras pieles haciendo de alfombras en sus despachos.