Nosotros a lo nuestro: colocarles deuda a los chinitos, que no deben ser tan malos
La Audiencia Nacional ha cumplimentado disciplinadamente el paripé y ha dictaminado que lo del Tibet, a España, como que le importa un carajo a la vela y que no es cuestión de molestar a nadie con un quíteme allá esos muertos. Total, si son todos iguales, hay muchos y no hay quien se aclare con los nombres y las caras, que más dará unos cuantos más o unos cuantos menos. Además, ¿Alguien sabe dónde está el dichoso Tíbet? Pues muy lejos, así que no enredemos, que va a ser peor.
Ya se ha dicho muchas veces que los principios no son principios mientras no cuesten dinero y el gobierno de Rajoy ha hecho buena la frase del genial Groucho Marx: "Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros", de manera que hemos abierto el gabán y en un santiamén nos hemos sacado una ley de justicia vecinal -nunca más universal - que nos hace centrarnos en nuestras cositas de patio de vecinos y dejar eso de las causas humanitarias para los que tienen pasta de verdad.
Diga Vd. que sí señor presidente y muy bien obedecido, Sr. Gallardón, que lo nuestro era el fútbol y mire cómo nos ha salido como para andar en cosas de mayores con lo caras que resultan. Nada, nada, quité Vd, nosotros a lo nuestro y los del Tíbet ese que se busquen la vida, que bueno está el patio como para andar meando fuera del tiesto.
Estos idealistas tienen unas cosas que, de verdad, yo no sé quién se las mete en la cabeza, que ya se ha dicho de antiguo: cada uno en su casa y la deuda, en la de todos.
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