Mientras este pavo pueda ser presidente de la república, hay que pensárselo mucho y muy bien.
Anda el patio probándose el gorro frigio de la República para ver que tal nos sienta y eso, aunque muy loable empeño, no deja de ser una nueva cortina de humo que nos echan a los ojos para que adelantemos decisiones y procesos que llegarán tarde o temprano y nos olvidemos de lo realmente importante.
Sinceramente, que Felipe esté o no esté, en este momento, se me importa una higa. Además, que devuelva lo que nos ha costado su preparación y formación, que ya es hora d rentabilidad la inversión.
Lo que a mi me importa de verdad es que este país se ponga en marcha y de una vez y todos a una, nos pongamos a correr a gorrazos a los chorizos que han consagrado esta cleptocracia que nos va a condenar a galeras.
Lo importante es regenerar la moral pública y social para que nadie tenga la cara dura de salir a la calle como si nada tras haber robado, estafado, defraudado y recibido distintos sobres y comisiones. La lógica, normal y absolutamente justa reivindicación de una república, hoy, me parece que debe ocupar un segundo plano y por si alguien se ha olvidado, eso abriría las puertas de la jefatura del estado a personajes como Aznar y señora. ¿Cabe mayor peligro en el horizonte patrio? Pues por eso, a lo que importa, que lo demás es hacerles el juego a los corruptos para que sigan tranquilitos.
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