¿Cuanto tiempo hace que no oyes el zumbido de las abejas? ¿Cuanto tiempo crees que podremos vivir sin ellas? Son pequeñas, son débiles y casi non nos damos cuenta de la enorme dependencia que tenemos de ellas y de su incansable trabajo. No nos damos cuenta, pero se mueren; se mueren porque las matamos nosotros.
Dependemos de su existencia y se están muriendo, atiborradas de pesticidas y de residuos químicos neurotóxicos, vuelan sin rumbo y mueren lejos de sus colmenas, que quedan vacías y solas dando testimonio del desastre. Sin ellas, las plantas de las que dependemos, no se pueden reproducir y la polinización se detiene esperando ese transporte que no llega nunca.
Son pequeñas y normalmente, no nos damos cuenta de la enorme influencia que tienen sobre la vida en la tierra, pero seguimos hacia adelante; antes morir que parar y respetar las reglas que nos permitieron llegar hasta aquí. Mordemos la mano que nos da de comer y esa mambo, la naturaleza, empieza a cansarse de nuestra ingratitud. Cuando nos llegue la colleja, nos vamos a enterar.
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