Azar

Homer nos enseña a aprovechar las "reservas" y sus ventajas.

Cuentan los diarios que Madrid suspira por una macro inversión relacionada con el juego, los casinos y demás inversiones tecnológicas de nueva generación. Cuentan también que el que paga manda y que ese pastizal y especialmente, esos muchísimos puestos de trabajo son suficiente estipendio como para que la honra se quede en casa y la coyunda bien pagada se presente como una magnífica opción.

Ya sabemos que el que paga manda y que este lance se ofrece a la diosa Fortuna como suele ser habitual en los últimos años. El que un inversionista huela debilidad y enseñe sus fálicos poderes en forma de chantaje se acaba convirtiendo en un modelo de gestión política avanzada, dialogante y moderna.

Dame pan y dime tonto, pero lo que hace gracia es que este PP parece inspirarse, cada vez más, en Homer Simpson: si hace unos días era Soraya la que imitaba a Lisa, hoy son Esperanza y su fiel escobera, Botella, las que remedan el episodio de inmersión en los casinos de las reservas indias de la familia. (Por cierto, muy divertido).

Espe va a convertir Madrid en un ejemplo de buenas maneras neocapitalistas, una reserva laboral en la que no habrá Seguridad Social, despidos indemnizados ni otras limitaciones inaceptables para la verdadera libertad, como el dejar fumar en sitios cerrados, que ya tenía ella ganas de darle al piti sin que nadie le dijera nada.

Bueno, una más: Tenemos una alcaldesa que nos abochorna día a día y una presidenta que pasa de todo y que acepta las proposiciones indecentes siempre que haya mucha pasta de por medio. Cosas de las urnas y del capricho de la Fortuna. Mi amigo tiene razón: la casualidad lo rige todo, incluso la poesía.