Rajoy ante su jauría

Piezas de caza para sus propios perros.

El gobierno de Rajoy está empezando a comprobar la valía de sus perros, esos que cazaron los votos dispersos y le colocaron en el poder. Los perros de Rajoy, su jauría cazadora e votos, tiene hambre y reclama su recompensa. Los que no les votamos, asumimos el chaparrón que ya habíamos "descontado", como dicen los analistas de bolsa, esos que nunca saben lo que va a pasar y tratan de averiguar, a toro pasado, lo que ya ha sucedido. A nosotros no nos sorprende lo que han empezado a hacer ni lo que acabarán haciendo en cuanto pasen las elecciones andaluzas, pero es gracioso ver la reacción de los propios.

Mientras que patronal y sindicatos andan silenciosos negociando lo que puedan antes del día 7, Rouco se echa a la Plaza de Colón para poner deberes arropado por los Kikos y poco más, que ya sabemos todo que es más divertido salir a la calle contra algo que a favor de algo y ese cálculo le ha fallado a su eminencia reverendísima. Rouco empieza, como los coches de tracción trasera, a adelantarse a sí mismo en mitad de esta curva que cambia el signo del gobierno. ¿De verdad está convencido de que la sociedad civil, del partido que sea, se va a dejar gobernar por la iglesia? ¿De verdad se cree que va a escribir las leyes y sus reglamentos? Rajoy se va a gastar lo menso posible con las leyes sociales que tanto molestan a Rouco y sólo tocará lo más imprescindible sin gastarse demasiado con los matrimonios homosexuales, la ley del aborto y otras leyes que, según los perros, ya deberían estar derogándose sin trámite parlamentario.

Eso en cuanto a los social, que en lo económico, lo de subir los impuestos, aunque sea a los pringaditos de siempre, ha levantado más de una ampolla y muchos de los canes de presa miran hacia Esperanza como la gran alternativa del liberalismo de clase. Ella no les hubiera traicionado con semejante puñalada trapera; ella si es una liberal de raza.

Dije hace días que me parece que uno de los grandes problemas de este gobierno de derechas se iba a producir en la derecha y me temo que tenía razón; que las primeras reacciones avalan esa sensación. El PP ha tenido un miedo eterno a dividirse y soltar el lastre que le supone tener que contentar a esa minoría más extrema que amenaza, de siempre, con crear su propio espacio de extrema derecha. Creo que va siendo hora de que esa extrema derecha se enfrente a su propia realidad y Rajoy les ponga ante la puerta con toda cortesía.

España es, hoy, un país que busca el centro, bien desde la derecha o bien desde la izquierda, pero que no quiere entregarse a radicalismos ni a posturas que nos distingan de Europa. Quizás es un sueño de izquierdista, pero creo que Rajoy tiene la gran oportunidad de hacer, en las dos o tres legislatura que le quedan por delante, un partido de derechas que los europeos de derechas puedan reconocer como propio y no como exótico, radical y alejado de la normalidad. A ver...de momento, como dría César Millán, le toca mostrarse como el líder de esa manada que ahora le empieza a buscar los tobillos.