Hielos, plantitas y mucho peligro escondido.
Con un poco de suerte, el paseo de mañana nos permitirá, a mis perros y a mí, pisar las primeras nieves de la temporada. Cada vez más gente vive al margen de esos cambios y las ciudades acaban convertidas en artificiales hábitats paralelos al margen de los ciclos estacionales. De la calefacción del coche al aire acondicionado de los veranos, una gran parte de nosotros se olvida de enorme importancia que tiene el clima para la humanidad toda.
Hoy, saltando de idea en idea, he acabado pensando en la importancia de los simples matojos que cubren las inmensas planicies polares, reino de líquenes, hielos eternos y poco más, que el hábitat no daba para más. De unos años para acá, se han empezado a ver pequeños arbustos, matojos a los que no se les da demasiada importancia y los expertos empiezan a decirnos que nos equivocamos, que tienen una importancia altísima. ¿Importantes unos matojos en el ártico? Veamos la razón.
Hasta ahora, esos terrenos eran desiertos imposibles para las plantas, incapaces de enraizar en un suelo helado permanentemente. Eso ha cambiado y ahora el suelo se deshiela, el permafrost cambia y eleva su temperatura, las raíces medran y los arbustos crecen. Lo que eso significa es que la nieve se queda haciendo aislante en sus ramas, la temperatura sube más y el permafrost desaparece a un ritmo acelerado ¿Y? ¿Qué pasa con eso? Pues que ese hielo es un cárcel en la que la tierra ha encerrado billones de toneladas de gases, metano y CO2, cuya liberación no nos va nada bien.
No digo que todo lo relacionado con el cambio climático sea puro y virginal, que muchos buscarán su propio beneficio a costa de la verdad, pero empecinarse en la negación de los cambios observables, me parece poco menos que un suicidio producto de -esta vez sí -la obsesión por mantener el origen de las actuales ganancias.
Y para terminar, un regalo que viene de China en la cumbre del clima: que vale, que sí. A partir del 2020 nos vamos a portar bien y a bajar la emisión de gases contaminantes de efecto sobre el clima. Con perdón, señores: vayan Vds. a la mierda.
Del metano en el fondo marino del ártico, hablamos otro día, que también asusta lo suyo.
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