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jueves, 31 de enero de 2013

Pocas opciones




Hoy nos ha explotado la prensa en la cara para dejar constancia de la realidad que vivimos. No hay muchas opciones posibles para la cúpula del PP, incluido el gobierno: o querellarse a muerte contra el mundo o dimitir y desfilar inermes ante la justicia, el desprecio y la ignominia.
No me alegro, me apena profundamente, me espeluzna el estado en el que se encuentran nuestros partidos políticos, separados de la sociedad, inmersos en unas cloacas infectas de corrupción, miserias y servidumbres.
Todo esto que está pasando es malo, muy malo, pero lo peor es al falta de reacción. Nuestros partidos nos piensan cautivos y eso alimenta la revolución.
¿Es posible que la revolución sea una opción deseable? 

4 comentarios:

  1. Mi opinión es un poco larga, asi que la tengo que dividir por partes. Creo que una revolución es más que deseable, es necesaria. Y no me refiero a una revolución basada en altercados ni violencias callejeras, sino a la explosión en los medios de comunicación de la opinión de los ciudadanos.

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  2. Dichos medios, aunque guiados en primera instancia por su interés en aumentar audiencia, pueden ser el detonante del cambio político. Y es que la opinión pública cuenta mucho (especialmente si hay elecciones a la vista).

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  3. Y aunque la alternancia de las 2 fuerzas mayoritarias en este país es un hueso duro de roer, estos desmanes acabarán dando opciones a otros partidos (a pesar de nuestro sistema electoral) que a poco interés que pongan pueden consolidarse. Es un proceso lento, pero desde hace tiempo se está gestando.

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  4. No quisiera pecar de ingenua, pero creo que el desmoronamiento del bipartidismo, que era un sueño hace unos años, está más cerca de lo que parece, ya que en la ciudadanía cada vez crece más el deseo de un cambio en el panorama político.

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