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miércoles, 2 de octubre de 2013

Cosas de mayores



Gráfico explicativo del enredo. La vamos a cagar con vistas a la calle...
Siempre se ha dicho que los niños no deben enredar con las cosas de mayores, que la cosa acaba mal, siempre. Bueno, pues parece que eso, cuando se trata de andar enredando con la naturaleza, se nos ha olvidado completamente. Esta vez nos hemos liado con la inyección de gas a pocos kilómetros de la cosa y parece que se nos ha ido la mano un pelín y los habitantes del delta del Ebro andan en un si es no es acojonados por las esquinas  a la espera de un buen tsunami o un temblor de proporciones aztecas.
Nuestro Ministro de Medio Ambiente, bastante pasota él, según unos y un infiltrado quintacolumnista, según mi propia versión, ya ha dicho que lo del “fracking” sin problemas, que las explotaciones a cielo abierto, por supuesto y que lo de las especies invasoras, si da pasta, faltaría más.
El ser humano ha alcanzado un nivel tecnológico que hace que sus enredos empiecen a ser peligrosos de verdad: energía atómica, extracciones petrolíferas realizadas fuera de las zonas de posible reparación o actuación, pesca sobredimensionada llevando a las especies a la zona roja, arenas bituminosas que hay que lavar a costa de enormes fujos contaminados, Alaska convertida en un pastel a la puerta de la escuela y....
La cosa va despendolada camino de la descojonación universal mientras seguimos discutiendo, a propósito del inevitable calentamiento global, si la cosa es culpa de los galgos o los podencos. No tenemos remedio y jugamos con armas de fuego cargadas de munición explosiva borrachos como piojos, así que la cosa va a acabar realmente mal.
O realmente bien y por fin, la tierra se librará de esta especie elegida que ha sido capaz de desarrollar una tecnología capaz de proporcionar bienestar y riqueza suficiente para todos y sin embargo, dejamos que esa tecnología, que es fruto del esfuerzo y del intelecto de generaciones, acabe en manos de empresas y personas que la utilizan sólo y exclusivamente, para generar beneficio a corto plazo y destrucción a largo plazo.
Somos idiotas y los registros de llamado homoceno separarán estratos geológicos a base de nuestro rastro mejor conservado: la pura mierda.
Buen testamento para una especie inexplicablemente estúpida.

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