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martes, 15 de octubre de 2013

El bigote de Dios



Wagner da ganas de invadir Polonia y los bigotes son peligrosos para la democracia.

Leo que la Iglesia Católica Alemana anda pensando en publicar documentos de su relación con los nazis, habida cuenta de las muchas y públicas muestras de simpatía que el entonces  cardenal de Munich Michael Faulhaber nos legó para los anales. Dicho esto y asido el rábano por las hojas de la historia, los bigotes y el ateísmo, vamos a divertirnos jugando con las categorías, esas que afirman que los peores ejemplos de la maldad humana eran ateos; falso estereotipo que reúne a Hitler, Stalin, Castro y curiosamente, a Mao, que era el único que no llevaba bigote y dejan a un lado a Franco, Pinochet, Stroessner, Trujillo, Videla, Gadafi, Homeini, HoChiMIn, Lenin y otros ejemplares nada ejemplares que han dejado un rastro de muerte y destrucción y cuyo común denominador no era el ateísmo sino, pásmense, el hecho de lucir bigote.
Siguiendo el absurdo razonamiento que establece la falsa inferencia entre ateísmo y maldad, podríamos ampliar la categoría y dejar sentado, de una vez por todas, que el bigote y la tendencia a convertirse en sanguinario dictador guardan una estrecha relación de causa efecto.
¿Absurdo, no? Pues igual de absurdo es inferir que la intrínseca maldad de Stalin o Mao venían determinadas no por su desmedido afán de poder y baja categoría moral, sino por el indiscutible hecho de ser ateos. Por cierto, Hitler no lo era y hay pruebas y documentos que así lo demuestran. Es más, estaba convencido de haber “recibido un mandato divino”.
Lo peor de ese razonamiento  absurdo, especie de silogismo desviado, no es la falsedad del mismo, sino la subyacente presunción de que un ateo no puede ser un individuo ético con una moralidad personal y social intachable. Eso es lo que venenoso de la insidia.
Por si alguien no lo ha pensado, debería considerar el hecho de que es muy probable que las conductas solidarias, colaborativas, altruistas y sacrificadas sean, nada más y nada menos, que un avance evolutivo de nuestra especie que ha contribuido a que el grupo humano tenga un innegable y peligroso éxito. Por el contrario, la experiencia nos demuestra que la religión ha siso, y es en la actualidad, el mejor instrumento para dividir, matar, destruir, excluir y perseguir a nuestros semejantes. 
Lleven o no lleven bigote.
P.D. Curiosamente, toda la imaginería relativa a Dios, nos lo muestra con barba y bigote poblados. Tendencia a mandar como que si se le supone. ¿O no?

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