Es la hora de los que no son iguales

Un político que no quiere ser igual alos demás y que trata de despertar el sentido omún de la Eurocámara.

Brillante.

En los últimos tiempos se ha venido instalando en el inconsciente colectivo una descalificación global hacia los políticos, el sistema, las instituciones y la política en general que, además de no gustarme un pelo, considero que es bastante peligrosa y antesala de un populismo fascistoide que ya se ha tomado posiciones en Europa con resultados nefastos (Si alguien duda, que mire hacia Italia).

Vivimos un sistema que hay que cuidar, mantener, potenciar, mimar, cultivar y mejorar de forma constante y colectiva. Nos ha costado mucho; siglos, lograr una democracia popular asentada, pacífica y cumplidora de los principios básicos del sistema (Los años de la democracia orgánica no cuentan, por favor: esto es un blog serio) para mandarlo todo al cuerno y abracemos a cualquier descerebrado que llegue levantando banderas nuevas. En España hay políticos que se dejan las pestañas, el esfuerzo, la ilusión y su mejor voluntad para que la vida de todos mejore. Algunos de ellos, verdaderos héroes ejemplares y lo digo de forma muy consciente, pues es el calificativo que merece aquél que, sin obtener nada a cambio, se presenta en a las listas de PP en muchos municipios del País Vasco.

Todos esos cuentan y cuentan mucho, tanto que ha llegado su hora; ha llegado la hora de llamar a su particular Némesis; el momento de dar un paso al frente y demostrar que el aparato de sus partidos no puede enterrar sus esfuerzos, su ejemplo y sus sueños de mejorar.

El problema es cómo, y lo sabemos todos. El video que encabeza la entrada es un ejemplo de lo complicado que es hacerse oír. ¿Alguien ha visto esa intervención en los Telediarios? ¿Alguien ha leído los titulares que esa argumentación merece? El sistema protege al sistema, se mire la cara del sistema que se mire, que los medios de comunicación son el primer y más corrupto de los elementos que constituyen el sistema. ¿O alguien duda de que eso sea así? ¿Es que los diarios o las televisiones no hacen, a su manera, todo lo posible por corromper la información de una forma tan nociva para el sistema como la acción corruptora del político que acepta sobornos?

Tenemos que encontrar, apoyar, bendecir y consagrar a los que planten cara dentro de sus propios partidos; hay que ensalzar a los que señalen a sus ejecutivas como culpables de mirar hacia otro lado y no ser fuertes y valientes  a la hora de limpiar la corrupción con saña asesina y ejemplarizante.

Algunos sabemos que, efectivamente, hay gente muy buena en los partidos y queremos conocerlos; queremos ver sus cicatrices, sus esfuerzos y sus peleas para ganarse un puesto entre los que tienen nuestra confianza. Es duro, pero el premio merece la pena y el sistema saldrá fortalecido, ese sistema en el que ellos se quieren basar para mejorar una sociedad necesitada de su vocación pública.