Escarnio sobre vergüenza

Como todos los años, en un lugar al que nadie debe ir, un lugar que para mí ha desaparecido del mapa, del GPS  y de las rutas turísticas; un lugar virtual que carece de gasolineras, hoteles, talleres de reparación o del más mísero bar, se ha cometido un acto de barbarie medieval; una orgía de destrucción, muerte, sadismo y vergüenza dando muerte, por pura y depravada diversión, a un toro. Ha muerto entre polvo, miedo, rechazo y fiesta casposa, antigua, salvaje y cruel. Ha muerto sin sentido, sólo a mayor gloria del más salvaje del lugar.

Esta vergüenza se produce en Tordesillas –apuntarlo en vuestro registro para jamás tener relación personal o comercial alguna con esa caterva de salvajes – y sobre la vergüenza, el escarnio (RAE: Burla tenaz que se hace con el propósito de afrentar): tal demostración de salvaje atavismo ha sido retransmitida en directo por RTVE, la televisión que pagamos todos y que se ha gastado una pasta – un solo céntimo sería una pasta descabellada – para dar difusión a tan bonito acto, que no hay que ahorrar esfuerzos para fomentar la marca España o Ejpañistán, que dirían algunos.

Esa “fiesta” es un aquelarre de barbarie vergonzante y repugnante, pero que la televisión pública lo difunda es un escarnio que nos afrenta a todos y que debería – ya sabemos que no pasará nada – conllevar la fulminante destitución de todo perro pichi involucrado en la decisión y en la ejecución, incluida la idiotizada Mariló Montero, que desde que le han dado la alcachofa no da pie con bola. Hoy, como no podía ser de otra manera, se ha dedicado a decir sandeces mientras se perpetraba lo que ella ha expuesto como “fiesta que se celebra desde hace miles de años o varios siglos…”. El hecho de que este ser, pretendidamente humano, no deje de sorprendernos con este tipo de afirmaciones – recordemos lo de las cualidades humanas trasplantadas junto con los órganos donados, que está en los anales de las idioteces inmarcesibles – no parece ser suficiente como para que sus protectores decidan mandarla al concurrido paro, que ya decían los antiguos algo respecto a los padrinos y las virtudes.

Resumiendo, Tordesillas, como Brigadoon, desaparece del mundo hasta el año que viene y os propongo una novedad: boicot absoluto a RTVE. Además de justo y necesario, saludable para la neurona, de verdad.

P.D. Al de la foto le podrían decir algo los del PSOE, que me parece que no está muy alineado con la sensibilidad dominante.