Ya hay un superordenador cuántico accesible desde cualquier laboratorio.
Apasionante nacimiento
Hace algún tiempo que les vengo dando la lata a mis amigos para que se acerquen y se interesen en el mundo de la física y, de manera especial, que intenten confundirse y equivocarse -como yo - con la mecánica cuántica.
Si el siglo XX tuvo el sello de Einstein y su Teoría de la Relatividad Espacial, me juego la barba a que el siglo XXI vendrá marcado por las consecuencias de los trabajos de Neils Borg y las desconcertantes paradojas que sus ideas conllevan. Estamos demasiado acostumbrados a entender y acercarnos ala realidad según la vemos, pero nos cuesta mucho dejar que otra comprensión de la realidad nos demuestre que lo que vemos es sólo una de las muchas posibilidades que ofrece el universo; que hay incertidumbres y fenómenos ocultos a la limitación de nuestra experiencia sensorial y a nuestros esquemas mentales.
El universo de Borg y lo que de él se desprende nos va a cambiar la vida y lo hará, una vez puesto en marcha el proceso del desarrollo industrial necesario, con una fuerza y una velocidad digna del mejor tifón. Internet ha sido una marea de velocidad sostenida y acompasada a un ritmo reconocible. El universo de las aplicaciones prácticas de la mecánica cuántica, como su mismo mundo enseña, se hará a saltos, según la medida de unos “cuantos” (cantidad de energía necesaria para trasladar a un electrón desde un nivel de energía a otro) sociales de enorme trascendencia.
La tecnología de hoy y la brecha que crea entre los que acceden o no a la misma es un infinitesimal comparada a la brecha cuántica que puede formarse en cuanto esas aplicaciones comiencen a funcionar. Será entonces cuando corremos peligro de crear una sociedad estratificada según unos estratos sin relación entre ellos.
Esta revolución y la supertecnología que ya ha empezado a generarse puede conllevar la generación de una “supercasta” de cienciotecnócratas ajena por completo a otras cases sociales. La tentación es enorme y hay que ser conscientes de esa posibilidad.
Y cuidado con pensar que “queda mucho”: ya se ha puesto en marcha.
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