Las protagonistas de una serie que niega el sexo mientras lo usa para nombrarse
En el sopor de una siesta que no ha llegado a consolidarse, veo un episodio de la serie Sexo en NY. Veo, una vez más, la manera en la que la neurosis y la negación de la base de los comportamientos humanos se consolida como modelo: es NY, la madre de todo lo que niega sus raíces humanas.
Hace muchos años que estuve en NY y hace muchos años que lanzo el mismo resumen cuando la conversación se acerca a la gran manzana: “para mi, es un compendio de lo mejor y de lo peor del ser humano” y con eso me defiendo. Hoy puedo comprobar, una vez más, el triunfo del lado oscuro, ese que consagra los comportamientos neuróticos e incoherentes como el modelo a seguir.
Extraigo frases sueltas: Una recién casada dice con tono desesperado “hoy lo hemos hecho dos veces”; otra no puede hacerlo porque un bebé de dos meses podría darse cuenta de que el matrimonio está haciendo el amor. Toda la serie es un cántico a la negación de lo que debería considerarse como normal en las relaciones humanas: protagonistas que necesitan negar las relaciones personales porque les satisfacen más los compromisos profesionales. Cuatro días de luna de miel se presentan como algo inabordable para la estabilidad emocional de las protagonistas y el guión lo presenta como algo normal. ¿Es normal?
La contestación es ardua y nos enfrenta a los cánones por los que debe regirse una sociedad y que enfrenta al individuo, una vez más, con lo que sus raíces determinan y la sociedad niega. ¿Es normal aceptar la imposición china de un solo hijo? ¿Es bueno que el ser humano, de cualquier sexo, deba plantearse si reproducirse es adecuado o no?
Me temo que la inercia es imparable y nuestro destino es la neurosis, pues siempre hemos recorrido el camino que nos separaba del futuro que nos presentaba el cine y la televisión americana. Como se comentaba en la comida de hoy, hemos cambiado y en el cambio hemos perdido mucho más de lo que hemos ganado, por mucho que lo ganado brille más que lo perdido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario