Sus señorías

Impresentables, sencillamente

Parece ser que sus excelsas señorías, diputados nacionales y autonómicos, suelen andar desahogados por los plenos seguros de que el jefe no mira y de que pueden dedicarse a cualquier cosa mientras voten lo que hay que votar cuando les convocan para ello.

Nuestros políticos parecen haber olvidado el alcance y la definición de las modernas cámaras que entran en los templos del pueblo y la palabra, de manera que suelen ser pillados sistemáticamente en renuncios dignos de malos escolares. Están, nadie puede decir que no estén en los plenos, pero su conducta es penosa, sencillamente penosa y repudiable.

Son muchos los que engordan la lista de faltas, consumidores de pornografía, de juegos "on-line" y de cualquier otra forma de ocio que les evite el tener que atender a su trabajo y a sus obligaciones. Las tecnologías modernas requieren de los usuarios conocimiento, disciplina y responsabilidad, calidades todas ajenas al comportamiento conocido de esos sujetos.

¿Que les pasa a nuestros políticos con la tecnología? Misterio, pero las pifias empiezan a ser demasiado numerosas y la falta de consecuencias, inmoral. Ahora que todos sabemos de la precariedad de los puestos de trabajo, cuando los despidos por nada se acumulan sin tasa, sus señorías alardean de impunidad, de malos hábitos y nada sucede que les haga cambiar, por desgracia.

Esa es, entre otras muchas, la causa de que los ciudadanos miremos a los políticos con recelo, desprecio y desconfianza: por cada uno que trabaja en silencio y de forma entregada, los medios de comunicación se llenan de fotos y situaciones deleznables y sancionables que no tienen consecuencias.

¿No deberían llegar los recortes a los puestos de estos jetas impresentables? Yo creo que si, la verdad.