El PP lo ha conseguido, la derrota ha sido completa y los ciudadanos no podemos responder al mismo ritmo con el que nos hace subir la indignación. Literalmente, el día no tiene horas para responder adecuadamente a todas sus ofensas, mentiras, cagadas y tomaduras de pelo, de manera que muchas de las atrocidades cometidas se libran del escarnio en la medida en la que lo merecen.
Las salvajadas de Ceuta, la presión sobre la Agencia Tributaria en la Comunidad Foral -milagrosamente transformada en un ataque al PSOE por exigir la dimisión de la que ampara la golfada - la aparición de Rajoy en un absurdo mitin de Turquía, el caos de la energía eléctrica con repercusiones internacionales para la "marca España" , tan puteada ella, la persecución informática de los autónomos justo en la declaración en la que se puede exigir la devolución, curiosamente, el desastre de la Sanidad en general y de la de Castilla la Mancha en particular, el despelote de la designación del candidato andaluz, las mafiosas exigencias de los nuevos propietarios de viviendas "rescatadas" y las duplicidades de ventas, la Unión Europea mirándonos como si fuéramos pro-simios armados con cuchillas...¿hay que seguir? Y eso sólo en esta semana, que si nos remontamos, podemos seguir con la ley del aborto, la de inseguridad ciudadana y todo lo que nos olvidamos y dejamos.
La agenda no da para más y el PP lo sabe, Rajoy lo sabe y su capa se ha trasmutados en un sinnúmero de sayos, tantos como la corrupción, la desidia y el fascismo genético que anida en sus historiales personales le puede demandar cada día.
Hay que reconocerlo: nos han ganado por goleada mientras seguimos esperando que nos saquen de la crisis.
Santa inocencia, hay que joderse
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