Mejor que no demostrara que pasa de todos y de todo.
Foto: ElDiario.es
Cristina de Borbón entró y salió de los juzgados luciendo una estudiada sonrisa que, por encima de cualquier otra consideración, me ofende. Me parece que una persona en sus situación está obligada a cuidar las formas y por mucho que ella, como nosotros, sepa que todo esto acabará en mofa, befa y cuchufletas a la ley, no debería haberlo expresado d runa forma tan notoria y tan despectiva.
Un rostro normal, un poco tirando a serio, me parece que hubiera sido más conveniente que esa pública exhibición obscena de inviolabilidad e intrascendencia. Como si quisiera decir que bueno, que os doy el placer de verme por aquí, pero todos sabemos lo que va a pasar.
Este caso está dejando a nuestro sistema con las vergüenzas al aire, presidente del gobierno incluido y que expresa su deseo de que la "cosa acabe bien", sin cortarse un pelo.
Como buen republicano "latente", me parece que la monarquía está dejando pasar el tren del "aggiornamento" y que es posible que tenga que acabar cogiendo el avión del exilio, todo gracias a la rebelión de un pueblo harto de todo y que puede coger la bandera de la república como símbolo de un rechazo absoluto a un sistema que ha degenerado hasta la vergüenza.
Gamonal debería haber enseñado que estamos cerca de no adatar la última sardina, como el burro desplomado por esa última carga. Cuando la gente no puede pagar la luz o comer con regularidad; cuando no hay nada que perder, la ganancia es mucha y la destrucción del colchón de la clase media, pequeño burguesa y conservadora, puede acabar convirtiendo a pacíficos y sedentarios espectadores de fútbol en milicias civiles dispuestas a todo. Y esa sonrisa no ayuda nada aclamar los ánimos, me parece.
En fin, que menos sonrisa y más decoro, niña.
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