Mientras Putin muestra el severo rostro del rigor y la intransigencia; cuando el mundo del deporte tiene que pasar de puntillas sobre el vergonzoso hecho de la represión sexual en Rusia; cuando Google tiene que hacer un homenaje a la bandera en su buscador; justo cuando todo adquiere la suficiente relevancia como para que Banki Moon tenga que recordar aquello de la libertad, una institución canadiense, el Instituto para la diversidad y la inclusión, hace un video sencillamente genial.
Es el video que encabeza esta entrada y que, de verdad, debería ser de visionado obligatorio. Es humor, ese humor que lo destruye todo gracias a esa visceral conexión que tiene el humor con lo más íntimo de nuestra racionalidad. El humor destruye precisamente porque tiene otras vías de entrada ; forma parte de esa conexión emocional con un universo anterior y no necesita asaltar las murallas: habita allí donde no es posible edificar protecciones ni barreras porque su esencia es connatural a nuestra evolución.
El video pone de manifiesto lo absurdo de la aplicación de estereotipos y me ha gustado de verdad. Justo ahora que todo se tensa y tiende al enfrentamiento, el insulto y el enfrentamiento, el humor nos lleva ante el espejo para preguntarnos: ¿De verdad te crees lo que estás diciendo? Anda, no seas chorra.
Buen mensaje
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