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lunes, 14 de junio de 2010

Complemento social

Vista del casco medieval de Ainsa (Huesca)


Muy breve resumen de agradables charlas de coche.
Pregunta: Si un árbol cae en el bosque y no hay nadie que escuche el sonido que hace al caer, ¿podemos afirmar que el sonido se ha producido? Como en los análisis de oraciones que hacíamos de pequeños para encontrar el complemento directo, el sujeto, el verbo el predicado y demás elementos del análisis, a la hora de acercarnos a la realidad, deberíamos ser capaces de delimitar el efecto del “complemento social”; esa extraña variable que hace que el paisaje y el momento adquieran cualidades distintas en función de la interacción social que el sujeto que esté viviendo en cada momento.
La vida de un ser social como el hombre; su actuación con el medio, dependerá siempre de cómo cada sujeto pueda integrarla en su entorno social, pues todos sabemos que la compañía de otro aporta el último trazo, la firma definitiva, a lo que estamos viviendo.
¿Eso es bueno o malo? Eso es, simplemente, de manera que nuestra vida se va llenando de momentos, memorias y fotografías mentales cuya valoración depende, en un altísimo porcentaje de ocasiones, de aquello que nos transmitía o aportaba el compañero con el que vivíamos el momento. Hay fotos románticas o fotos angustiosas; las hay divertidas y las hay tristes porque el recuerdo evocado por un paisaje, en otras ocasiones maravilloso, es penoso para nuestra memoria.
Así pues, ¿Qué valor tiene una realidad concreta que no hemos podido trasmitir? El mismo valor que un plato de alta cocina que nunca llegó a la mesa; o el de una obra de arte que jamás tuvo admirador; el valor de la nada que nunca pudo ser pesada y compartida. Compartir con el grupo, con nuestros otros, nos permitió llegar a nuestra condición de hombres y crear realidades nuevas, pero siempre necesitaremos el contrapunto, la aportación del otro, para que la realidad que contemplamos adquiera su verdadera naturaleza.
Hay que cuidar del otro, hay que escuchar su visión de los paisajes o nuestra realidad siempre estará incompleta: Ahora, pregúntale a ese otro que tienes cerca lo que le parece este escrito. Es posible que su opinión me ayude a completar el mensaje.

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