Rick Iott, tercero por la derechan un ensayo general con casi todo.
Menos mal que falta el casi.
Hay veces en las que es mucho mejor abordar la realidad desde el absurdo que intentar un análisis sensato, coherente y medianamente serio. Por si alguien no ha tenido la oportunidad de leerlo o de escucharlo, Gerardo Diaz-Ferrán, paradigma del rigor empresarial, seriedad en los planteamientos y estabilidad en los negocios, se ha descolgado con unas declaraciones en las que asegura que, para salir de la crisis, “hay que trabajar más y cobrar menos”.
Cobrar menos que sus ex-empleados de viajes Marsans, a los que adeuda sus buenas seis mensualidades, es muy jodido, pero como él es muy trabajador, a nada que le dejen empeñarse un poco más, les deja colgados dos años sin despeinarse, que para eso luce una hermosa calva. Hace falta tener desparpajo y sangre fría para colocarse delante de la prensa y, con todo lo que el señor arrastra, permitirse el lujo de dar lecciones de gestión mientras en los juzgados crecen los legajos referidos a su modélica administración empresarial.
La cosa es tan gorda y tan esperpéntica, que empiezo a maliciarme que los que mandan están adoctrinando a sus esbirros para que encuentren los límites. Es un poco aquello de “caña al mono hasta que hable inglés” pero en versión social: “caña al currito hasta que la organice”. Como los franceses tienen bastante más mala leche y van por la séptima huelga general de las de verdad, mejor lo vamos probando con los españolitos que son más perezosos y mejor mandados. Subimos la jubilación hasta los 67: bien, sin problema. Bajamos el sueldo a los funcionarios: tranquilos, oye. Las grandes fortunas siguen fuera de las tributaciones fiscales por transmisión patrimonial, se mantienen las SICAV y siguen sin volarnos los huevos; esto es un chollo, chico, así que a ver quien dice la bestialidad más gorda, esa que demuestre que se ha llegado al límite. Otra explicación no es posible, aunque todavía podemos seguir el modelo de los del Tea Party y buscar esos límites más allá del infinito.
También, por si alguien no se ha enterado, el candidato republicano por Ohio, simpatizante activo del Tea Party, ha sido presentado en sociedad luciendo un estupendo uniforme nazi de las Wafen SS en su versión “Wiking”, especie de división formada por los simpatizantes no alemanes del partido de Hitler. Estos violentos chalados se dedican a hacer instrucción, con armas incluidas y ejercicios de fuego real, en uniforme militar de la II Guerra Mundial por los campos de EEUU, algo que también debe hacer mucha gracia al resto de compatriotas caídos por millares en los campos europeos en ambas guerras. ¿También buscan los límites? Es muy posible que si, que algunos sueñen con un gobierno de los más poderosos y se vean a si mismos como tales; dando órdenes y actuando, sin contestación, sobre una sociedad sumisa, educada y feliz, muy feliz de verles a ellos gobernando tanta oveja idiotizada.
¿Que nos ha pasado? ¿Que extraño gas narcótico estamos respirando que no saltamos como resortes para lanzar a la cara de estos fantoches todo nuestro desprecio y repulsa? ¿Cómo es posible que se atrevan a mirarnos a la cara sin miedo y sin vergüenza? ¿Tanto valor hemos perdido que cualquier mierda se permite estos lujos? ¿Que pensarían de nosotros nuestros abuelos si nos vieran renegar de sus logros, de sus luchas y sus sueños? La verdad, prefiero pensar que todo esto es chiste de mal gusto que algún día pasará, que si no, me pongo muy muy triste.
Al final, como siempre, no hay más remedio que ponerse serio, pero juro que esta vez no quería.
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