Con nuestra ayuda implantan la sharía

¿Sabían que la revolución que apoyaban implicaba

la implantación de la sharía en Libia?

Lleno de miedo leo (en ABC, La Razón y agencias) que el gobierno rebelde de Libia, ese que está próximo al triunfo ayudado por todos nuestros recursos bélicos, empieza a comunicar su programa de gobierno y que la fuente de legislación básica será...la sharía.

Como para esto no me fío de Wikipedia, acudo a la página de mundoarabe.org para ver referencias y confirmar temores y lo peor, a pesar del comedido tono de Antoni Segura, se confirma: van a basar la legislación del nuevo estado en un compendio de preceptos recopilados en el Siglo XIII.

Algunos dirán que hay un Islam moderado que matiza y suaviza; que el profeta no dijo lo que dicen que dijo y que la abuela fuma, pero no me creo nada. En primer lugar, nadie que al que se pueda considerar moderado intenta legislar tomando la sharía como base. Aceptar o proponer eso, es colocarse de lleno en el terreno del fantismo.

Segunda consideración: la marea del fundamentalismo no pierde fuerza y país a país, gobierno a gobierno y elección a elección sube el nivel de las aguas: la amenaza se hace más fuerte. Y si, todos debemos sentirnos amenazados, pues si esa marea sube, su opuesta lo hace también; de manera que la amenaza es quedarnos inertes e indefensos entre dos fuerzas enfrentadas con ganas de agarrarse en una confrontación salvaje.

Mientras que la vieja Europa mantiene una postura más alejada de los fundamentalismos religiosos, en Estados Unidos los ultraconservadores ganan terreno tanto en la sociedad como en la política, utilizando la bandera del cristianismo fundamentalista contra la amenaza del islam. En muchos estados han tomado una postura dominante en la educación, en la sociedad, en la política y en los medios de comunicación: huelen el triunfo y, si no fuera por la enormidad del país y por el contrapeso que hacen ciudades como NY, Los Ángeles etc, podríamos asegurar que no están muy equivocados. El medio oeste, la América profunda, es terreno propicio y conquistado desde hace tiempo.

En el otro lado del espejo, el islam crece con fuerza y en Europa empieza a crear problemas por su agresividad e intransigencia a la hora de cambiar costumbres e integrarse en una sociedad que asume la inmigración con demasiado relajo, sin darse cuenta, hasta ahora, de que el elemento religioso supone un peligro de primer orden para nuestro modelo social actual.

El islam, como toda religión que quiera gobernar la sociedad, es una lacra demasiado peligrosa como para que no le pongamos todo tipo de barreras. No podemos bajar la guardia y cualquier ayuda o validación que haga occidente para cambiar algo en la política de alianzas, debe tener en cuenta ese elemento de forma prioritaria: con el islam y sus fanáticos no hay posibilidad de entendimiento alguno.

A cambio del petróleo hemos asumido y tragado con muchas cosas, pero ayudar a consagrar la bestialidad como bandera del cambio político, me parece una barbaridad que pagaremos con sangre. ¿Cómo es posible que las religiones del libro se mantengan, como hace siglos, en el centro del odio y la guerra? Poco avanzamos, poco...