El PP de castilla la Mancha bendice por ley la caza del jablí con lanza. ¿Para cuando la inexcusable venganza de Favila y la aprobación de la caza del oso cuerpo a cuerpo?
Que Dolores Cospedal (el “de” no se lo respeto dado que fue una aportación autoadjudicada ) tenía vocación de no pasar desapercibida en el panorama político de este país, es algo que todos nos temíamos sin saber, de verdad, el alcance de los daños. No sólo es que sea antigua, mojigata, fascistoide, mendaz, soberbia, avara y rapiñadora de nóminas, no: es que se ha colocado en el imaginario del esperpento como líder destacada del absurdo.
Declaración tras declaración y actuación sobre actuación, esta señora se desvela más rancia, más peligrosa en términos sociales y con una vocación definida hacia la regresión social y política más escandalosa. No hay una sola de sus apariciones y sus consecuencias que no nos demuestre que este azote se sentiría mucho más a gusto en el siglo XV y anteriores que en la época que le ha tocado vivir.
Sus actos públicos se planifican con un despliegue policial digno de la guardia mora del finado e invicto caudillo, de manera que las pitadas van seguidas de denuncias policiales como si el “fuera, fuera” legítimo y democrático, fuera un atentado terrorista de la peor especie. Ella se ha colocado a sí misma en el lugar que el PP entiende que deben ocupar los suyos: el lo más alto, allí donde no llegan las leyes y la derecha campea por encima del resto de los mortales y del resto de los seres vivos.
Los seres vivos que ellos, y muy especialmente ella, se complacen en ver en cualquier estado ajeno a la vida. De Castilla la Mancha y de otras autonomías del PP nos llegan subvenciones a fiestas de toros y todo tipo de actuaciones que desprecian los esfuerzos por respetar la diversidad biológica del medio ambiente. El lobo es perseguido en Galicia de forma sistemática e ilegal mientras que Castilla y león ya ha tenido que ser llamada al orden por la Unión Europea al intentar hacer legal su caza al sur del Duero, animalada prohibida, menos mal, por Bruselas. Todo eso está mal, pero el gobierno de Cospedal ha conseguido rizar el rizo y demostrar que cualquier involución no sólo es posible sino deseable: ha autorizado la caza del jabalí con lanza y a caballo.
La imagen no puede ser más antagónica de lo que se entiende por modernidad y buen gusto y más acorde con la idea medieval de lo que era la principal ocupación de esa nobleza que tanto le gusta y emociona al PP, pero le ha faltado algo. Ya puestos, también debería haber vengado la memoria de Favila y autorizar la muerte a cuchillo de cualquier oso que pudiera atreverse a pisar sus dominios castellanos. Menos mal que los osos tienen la sensatez de no acercarse por Castilla la Mancha, que se les iba a caer el pelo.
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