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martes, 14 de enero de 2014

EL PASEILLO

Gallardón nos quiere quitar hasta la burla, lo único que obtendremos de una justicia domesticada.

Decían que había una vez un país en el que todos los ciudadanos eran iguales ante la ley, pero se habían olvidado de que también había distintos y de que, como siempre, hay patricios y plebeyos. Cuando al ley se acerca allí donde no es conveniente la igualdad, siempre hay guardianes de lo eterno que se rasgan las vestiduras y defienden la excepcionalidad en detrimento de la normalidad. El paseíllo de la infantita le ha puesto al ministro los pelos como escarpias y ya ha salido  a la palestra, en compañía de una noble escondida y Grande de España, para decir que todavía hay clases y que el vulgo no debe tener la oportunidad de hacer un "juicio social" mientras la infanta desfila, vergüenza en ristre y en rostro, ante la desafección de sus súbditos.
Pues me parece un disparate, que os voy a decir: si a la audiencia de Palma se entra por la rampa del oprobio, por allí deberá entrar la infanta afrontando la única condena que, me juego la barba, saldrá de ese ámbito y que quedará restringida a unos pocos insultos, bastante abucheos y el rechazo general.
He buscado en internet para poder jugar con la fórmula y me sale esto como explicación de aquella antigua "gracia divina" y la verdad es que la explicación es curiosa: "En teología cristiana se entiende por gracia divina o gracia santificante un favor o don gratuito concedido por Dios para ayudar al hombre a cumplir los mandamientos, salvarse o ser santo, como también se entiende el acto de amor unilateral e inmerecido por el que Dios llama continuamente las almas hacia Sí" y la verdad, eso de la ayuda divina para cumplir los mandamientos me parece que se ha ido un poco al carajo, de manera que ni gracia de dios ni "deo gratia": vox pópuli, que es vox dei y a ponerse colorada, que es lo menos que le puede pasar.
Por desgracia, los meapilas que conforman el grupo de Gallardín y similares ya se van a encargar de que la única condena que se aplique sea la del desprecio que esta persona se ha ganado a pulso. 
Y el paseíllo, con pasodoble, por favor o con la letra de "La Bien pagá" que también nos sirve.

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