CENTRADOS MIEMBROS DEL PP PROCLAMANDO SU CENTRISMO.
Nace un nuevo partido político en España y nace como resultado de una escisión por la derecha del PP. Algo que era siempre posible y que sociológicamente tiene todo el sentido del mundo dado que España, país que vio morir a Franco en la cama y que cuenta, como todos los países europeos, con una buena cantidad de ciudadanos de derechas, no tiene ningún partido que se denomine de derechas. ¿Ha llegado la hora? Ni mucho menos: Vox ya se ha encargado de colocarse en el espacio del “centro derecha liberal”.
¿Hay minas en los verdes y desiertos prados de la derecha política? ¿Qué tiene la derecha que no gusta a nadie? ¿Qué vergüenza da reconocerse de derechas? ¿A qué viene el constante engaño de camuflarse en parcelas ajenas a la verdadera ideología? Me parece que algo tiene que ver ese eterno complejo frente al desparpajo de la izquierda cuando se reconoce de izquierdas, algo que debería ser normal para todos cuantos habitan el espectro político. Cada cual es lo que es, digo yo.
El PP anda preñado de disfunciones y de contradicciones, empezando por miembros del gobierno que se sitúan, sin matiz alguno, en la extrema derecha de cualquier espectro político. Jorge Fernández Díaz, Alberto Ruiz Gallardón, Ana Mato y algunos más, conviven armoniosamente con supuestos y planteamientos promovidos por personajes como Le Pen y otros que se presentan a las elecciones diciendo lo que son: partidos de extrema derecha. Pero España es diferente y de la misma manera que la habitual aseveración “yo no me considero ni de derchas ni de izquierdas” suele venir seguida de una burrada fascistoide de la peor especie, la autodenominación de centro o centro derecha, suele ser desmentida por planteamientos de la derecha más consolidada, por mucho que nadie del PP se autoasigne sillón en la derecha.
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