Repugnante, el señorito
En pleno siglo XXI todavía podemos encontrar exhibiciones de poder feudal que nos ponen los pelos de punta. Marruecos ha vivido un accidente de autobús especialmente mortal que supone récord de muertos, heridos y desastres humanos.
Personalmente, me extraña que no nos lleguen cada día noticias semejantes desde Marruecos después de haber atravesado el Atlas en coche y ver lo que he visto, pero la cuestión que me ha vuelto las tripas es otra muy distinta. En plena marea de dolor y desesperación, el rey de Marruecos se ha descolgado con esta aportación: "El rey Mohamed VI expresó sus condolencias a los familiares de las víctimas y anunció que asumirá los costes de los sepelios y que se encargará del tratamiento de los heridos"
Mohamed VI hace una exhibición de lo que podría ser la generosidad de un sátrapa del imperio de Dario o de Ciro el Grande, algo medieval, antiguo, despectivo. En lugar de ocuparse de hacer de su país algo medianamente justo, socialmente avanzado y más normal en todos los sentidos, el rey se descuelga gritando eso tan agradable de " esta ronda es mía, que yo invito...a medicinas"
Lo de este tío es de aurora boreal y la diatriba que se merece es tan larga que no es cuestión de hacerla aquí, así que me contento con mandarlo al carajo y compartir mi desprecio por el personaje con vosotros.
En pleno siglo XXI todavía podemos encontrar exhibiciones de poder feudal que nos ponen los pelos de punta. Marruecos ha vivido un accidente de autobús especialmente mortal que supone récord de muertos, heridos y desastres humanos.
Personalmente, me extraña que no nos lleguen cada día noticias semejantes desde Marruecos después de haber atravesado el Atlas en coche y ver lo que he visto, pero la cuestión que me ha vuelto las tripas es otra muy distinta. En plena marea de dolor y desesperación, el rey de Marruecos se ha descolgado con esta aportación: "El rey Mohamed VI expresó sus condolencias a los familiares de las víctimas y anunció que asumirá los costes de los sepelios y que se encargará del tratamiento de los heridos"
Mohamed VI hace una exhibición de lo que podría ser la generosidad de un sátrapa del imperio de Dario o de Ciro el Grande, algo medieval, antiguo, despectivo. En lugar de ocuparse de hacer de su país algo medianamente justo, socialmente avanzado y más normal en todos los sentidos, el rey se descuelga gritando eso tan agradable de " esta ronda es mía, que yo invito...a medicinas"
Lo de este tío es de aurora boreal y la diatriba que se merece es tan larga que no es cuestión de hacerla aquí, así que me contento con mandarlo al carajo y compartir mi desprecio por el personaje con vosotros.
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