Alguien le odiará eternamente, seguro
Hoy me he acordado, viviéndolo en mis propias carnes, de Guillermo Diaz Plaja y su libro de los pecados capitales. Allí nos cantaba que el español no entiende ser sólo favorable a algo, no: si te gusta algo, es obligatorio renegar de su pareja-contrario-oponente o como se quiera llamar. La cosa es que no se puede, genéticamente imposible, disfrutar con el Real Madrid y , a la vez, disfrutar cuando el Atlético de Madrid o el Barcelona, lo hacen bien. Si te gusta como juega Messi, debes odiar a Cristiano Ronaldo y así hasta la nausea.
Me parece que alguna vez he comentado que me gustan las carreras de motos y que disfruto como un perro viendo las tres carreras de cada Gran Premio. Además, tenemos la suerte, como españoles, de tener media docena larga de pilotos con los que disfrutar en todas las categorías, aunque hay uno especial que está llamado a la gloria: Marc Márquez. En Moto GP, además de este recién llegado, se puede admirar a varios: Rossi, Lorenzo, Bautista, Pedrosa y Aleix Esaergaró. Bueno, pues según la genética hispana, debes elegir a uno sólo y odiar y vilipendiar al resto. Si te gusta uno, los demás son la reencarnación de Satanás, no saben conducir y si han ganado algo, ha sido por pura suerte.
Ese odio cerval y africano no tiene descanso y la anécdota de hoy lo demuestra: pagando en la gasolinera de toda la vida y hablando con el dependiente amigo (que también comparte vicio con la moto) de las carreras de ayer nos interrumpe un cliente para decir: “Márquez será lo que Sito no logrará jamás”.
Explico que Sito Pons dejó de pilotar motos hace lustros, pero para este cernícalo, seguía siendo objeto de su odio, a pesar de que el denostado Sito Pons se retiró con el siguiente palmarés en los Campeonatos del Mundo:
1988 Campeón del Mundo con Campsa-Honda NSR 250 cc 1989 Campeón del Mundo con Campsa-Honda NSR 250 cc 1990 Clasificado en 10ª posición con Campsa-Honda NSR 500 cc 1991 Clasificado en 14ª posición con Campsa-Honda NSR 500 cc |
Como resumen: dos campeonatos del mundo y ser el primer español en el mejor equipo de 500 sólo sirven para asentar un odio eterno por el imperdonable hecho de haber ganado algo, pecado imperdonable para la envidia patria.
Nota: soy forofo de Marc Márquez, pero aseguro que me gusta ver cómo conducen los demás, aunque eso no evita que unos me caigan mejor que otros sin afectar, para nada, al juicio que me merecen como grandes pilotos de la historia del motociclismo.Por si acaso
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