De lío en Río

Nada como Río de Janeiro para elevar el espíritu

Leo que unos 4.000 jóvenes españoles acudirán a la próxima JMJ de Río de Janeiro el próximo mes de Julio. Orgullosos por su aportación de carne joven y fresca, los organismos religiosos compiten por el honor de apuntar más acólitos a tan grandioso y magno acto: 2.000 “Kikos” se dejarán caer por tierras cariocas para subir algunos escalones más en la larga escalera de la santidad.

La verdad es que la noticia me ha dado un buen alegrón, a la espera de que los datos del paro de Mayo tomen el relevo de la esperanza patria y patriotera: en España hay, todavía y a pesar de la crisis y de que más de la mitad de su grupo de edad se haya en el paro, más de 4.000 jóvenes en disposición de soltar más de 2.000 euros para darle gusto al espíritu.

Van ellos como representantes de nuestra joven normalidad: 45 estudiantes de la Universidad Francisco de Vitoria, tan popular como todos sabemos, estarán unos días de voluntariado en una favela e incluso visitaran, curiosidad local, una casa de atención para enfermos de sida, según nos cuenta la orgullosa representante del departamento de acción social de la universidad. Así de soslayo, también nos dice que ayudarán en al construcción de una escuela y en ese punto es donde me entran dudas, que uno no tiene noticia sobre la línea Gucci de “Monos de obra”. Si la hubieran lanzado, entonces sí, no tendría ninguna duda sobre lo adecuado de proporcionar a nuestros agraciados jóvenes un lugar en el que demostrar la valía del producto sobre el terreno.

Estos 4.000 jóvenes se vana  fumigar 8.000.000 de eurazos para elevar cánticos de gloria destinados a la esposa de su fundador y a mi me parece muy bien que cada cual se gaste la pasta como le de la gana, si bien no acabo de pillarle la deriva social, católica, apostólica y ejemplar de tan magno gasto. Lo que si es seguro es que el viaje vendrá a demostrar el rechazo al aborto de este núcleo de guerreros de Cristo y nuestras calles, allá por el mes de  Marzo del 2014, se llenarán de mulatitos acogidos cristianamente en los hogares de sus progenitores, como siempre se ha hecho con los descuidos de las hijas de María.

Hay muchas formas de tocar el cielo con las manos y algunos expedicionarios, creo, tendrán ocasiones de sobra para echar de menos el haber llevado consigo los denostados preservativos, así que por unos pocos euros más podrían, ahora que tienen tiempo, seleccionar entre la amplia gama de posibilidades que ofrece la industria y dejar el equipaje mas cumplidito.