Nilómetro de Elefantina
Los antiguos egipcios, sabios y hábiles ellos, colocaban puntos de control a lo largo del Nilo para controlar las crecidas. Eran los llamados “nilómetros”, que informaban al Faraón sobre cómo se presentaba la cosa en cuanto a las próximas cosechas y por ende, sobre las posibilidades de revueltas populares relacionadas con la cosecha o con la ausencia de ella.
Dicho esto -para los escépticos lectores que dicen que hago afirmaciones indemostrables, dato muy sencillo de comprobar - vemos que Aznar ha recibido información sobre el “mierdómetro” del PP y su relación con Bárcenas, la Gurtel y demás cuestiones menores y sabe ya que la crecida se presenta de las buenas y que le va a llegar de pleno.
Hábil estratega de su propio futuro -supo edificarse un retiro dorado para cuando dejara los aires del Olimpo, aunque eso nos costara una guerrita de nada - sabe que debe tomar medidas o los actos judiciales llegarán. Antes o después, los jueces preguntarán demasiadas cosas y demasiado inconvenientes si nadie se encarga de manipular la cosa como debe hacerse y sólo hay dos caminos: el directo, su propia vuelta, o la de colocar a un valido, Gallardón, que asegure su inmunidad.
Desconfiando, soberbio y ególatra, me temo que su opción será la de actuar “manu militari“ y ejecutar él mismo la toma del poder.
Los desastres del gobierno de Rajoy se lo han puesto en bandeja y excusas sobran: la economía, los impuestos y el regalo de la cuestión soberanista, dádiva generosa que todo lo puede y todo lo vale.
Babieca vuelve llevando un nuevo cadáver, pero en esta ocasión un cadáver muy vivo en busca de reivindicación y silencio.
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