Llega el verano y trae las flores de la retama a los prados de altura; las navas de Guadarrama se mantienen verdes y frescas, llenas de flores y de pastos que hacen mover la cabeza del ganado con satisfacción.
Parecía que el verano no quería llegar y como todos sabíamos, tenía que llegar cabalgando soles y aires calientes que nos aplastarán contra las sombras en las tardes llenas de cigarras y bochorno, pero hoy la mañana reventaba de aire limpio, calor en las piernas y campos todavía verdes y acogedores.
Llegarán los campos secos, llegarán los calores extremos y los arroyos se quedarán secos con sus piedras grises olvidadas del musgo y el verdín, pero hoy todo era idílico y maravilloso mientras el sol se levantaba sobre las cimas llenando el bosque de contraluces, verdes distintos y ganas de venirse arriba para hacer volar el polen de los pinos.
Hoy era verano y por delante quedan muchas mañanas en las que buscar manrener fresco el aire fresco de las amanecidas claras y suaves. Es verano y los libros aguardan para dejarse leer hasta el alba.
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