Cualquier vida, vivida con normalidad, da para que podamos encontrar personas interesantes, buenas, malas, anodinas, inteligentes, odiosas y por desgracia, pocos son los encuentros que de verdad te aportan esa sorpresa y esa capacidad de darte cuenta de que la persona que tienes delante es especial, ejemplar. Una de esas personas redondas, globales, enormes que he tenido la suerte de que apareciera en mi vida es Antonio Fraguas, nuestro admirado FORGES.
Me apetece aprovechar el 50 aniversario de la publicación de su primer chiste -lo de viñetas yo creo que vino después - para agradecerle tantos años de hacernos la vida y la mañana un poco menos cuesta arriba. Eso fue, si no me equivoco, en 1964 nada menos. Reconozco que soy "forofo" de Antonio desde mi más tierna infancia, cuando los ejemplares del Hermano Lobo circulaban en el Ramiro de Maeztu para que casi todos nos aprendiéramos de memoria el chiste de los piratas a doble página.
Años después he tenido el honor de conocerlo en persona y de que me llame amigo -para mi siempre será "maestro" - y puedo asegurar que es algo de lo que estaré eternamente agradecido a la fortuna. Siempre he dicho que los escritores y los humoristas deben circunscribir sus apariciones al ámbito de sus libros, pues sus "personajes públicos" suelen desmerecer con respecto al mérito del autor sin otra personalidad que la expresada en sus libros. Bueno, pues con Antonio sucede todo lo contrario: si como humorista gráfico es genial, como persona es ejemplar. Y digo ejemplar en el sentido completo, redondo: todos deberíamos imitar sus cualidades sin dudar un segundo. Amable, inteligente, culto, educado y cortés, siempre lo he visto pendiente de saber en qué o a quien puede echar una mano. Ya digo, ejemplar y ejemplarizante.
Y poco más que decir, que han sido 50 años de humor, buen gusto e inteligencia y que espero que la cosa de para otros 50 más.
Un abrazo, maestro y muchas gracias por todo.
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