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sábado, 9 de abril de 2011

Corrupción sin castigo

Carlos Fabra, demostración viva de que este país no quiere limpiar las cloacas de la política.
Da miedo, si, pero no está solo: PSOE de Andalucía tampoco quiere pasar el mocho, como
 CIU, PNV, PP de Galicia, FSM en Madrid...
O los echamos a gorrazos o nos acaban matando ellos a nosotros.
Solo puede quedar uno, y no deben ser ellos.

Se confirma: en este país no se castiga la corrupción política. Los partidos, los grandes y los pequeños, siguen mirando fuera sin limpiar su propia casa. Eso los partidos, que los simpatizantes de cada uno se empeñan en justificar, disculpar o ignorar los hechos: lo de Camps sigue siendo “cosa de unos trajes” para los de derechas, y los de izquierda tampoco quieren fumigar a Chaves –aunque sólo fuera “por si acaso”- o decirle a Tomás Gómez que, mientras apoye públicamente a una persona condenada, le va a votar su padre.
La corrupción política es el principal enemigo de este país; la corrupción nos matará y dejará el campo libre para la llegada de cualquier cosa. Rajoy no puede consentir que haya 11 inculpados en las listas de Valencia; el PSOE tiene que dejar lo de de Andalucía como un solar, niquelado, limpito, fresco y ausente de décadas de putrefacción; los madrileños debemos castigar al PP de Esperancita con toda crudeza y en general, fumigar a esos que, con Fabra a la cabeza, (seguido a corta distancia del de Castilla la Mancha, genio de cuyo nombre no me acuerdo ni quiero buscar) se permiten la desvergüenza de hacer aeropuertos -Castellón y Ciudad Real- destinados a vuelos intergalácticos de los habitantes de Radiculín, que decía el otro.
Los políticos españoles se han ganado un soberano y popular corte de mangas de toda la ciudadanía, sean los ciudadanos de derechas o de izquierdas: ya no hay un pase más, no hay nada detrás de esta sinrazón y de esta golfería institucionalizada.
Y que no me venga nadie con el cuento de que es la democracia la culpable: los culpables son los que han pervertido el sistema y lo han convertido en un instrumento de corrupción dando argumento para que los populistas, los fascistas y los peores aún, argumenten que mejor un dictador y su camarilla, que se lo llevan entre menos y por tanto, roban menos.
Necesitamos una nueva refundación democrática que se asiente sobre principios éticos y morales sólidos y ya probados; un sistema de control súper eficiente y una limpia propia de Gracita Morales con pañuelo, zorros y ventanas abiertas, que no nos cabe un chorizo más. Duro y a la cabeza, que hay que sacar a todos estos golfos a gorrazos y meterlos a todos el trullo hasta que devuelvan todo o que se han llevado. ¿Nombres? Hombre, esto es un acto voluntarista, no una condena, que escribirlos todos es largo de narices y no estoy dispuesto.

1 comentario:

  1. Pues sí:que se han llevado por los aires la ilusión de una democracia limpia, sana, justa y edificante. . Y lo de restituir lo robado, todavía no se ha vistoni siquiera en los casos juzgados y condenados.
    No desesperemos: peores situaciones se han vivido a lo largo de la Historia y alguien habrá capaz de enderezar la situación ! Quien sea, que salga pronto del escondite por favor !
    a.m.

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